Una princesa rana nos cuenta los cuentos de su hacer y sus quehaceres
Imagen tomada del blog de La rana encantada
Conocer a Linsabel Noguera es como abrir puertas y ventanas a las frescuras renovantes y renovadoras del asombro y de las dudas.
Conocer a Linsabel Noguera es como encontrar a un ser que no es tan joven, pese a la edad que representa, ni tan adulto, como para olvidarse de ser niño.
Conocer a Linsabel Noguera es como tener la seguridad que tienes que brincar o esperarla, pacientemente, ante los avatares de su hacer y sus quehaceres. Más. Es como que vas a enfrentarte a una rana que se ha vuelto princesa o a una princesa que nunca dejará de ser rana por tantos brincos que da. Pero eso sí, aunque te asombre por todo lo que dice y hace, nunca tendrás dudas: uno sabe que se encontrará con un ser encantador que te encantará a cada instante.
Pese a esas seguridades, el entrevistador estaba nervioso. Muy nervioso.
Era su primera entrevista a una personalidad real, resuelta de anoche para hoy por razones de tiempo de la entrevistada y en un lugar que conocía por fuera, la Plaza Los Palos Grandes. Tuvo que preguntar para llegar hasta la Ludoteca donde, pese a lo bien atendido, se sintió como fuera de juego. Y, para acelerar sus nervios, por un mensaje en su celular, que a veces no resultan tan mágicos, supo que la entrevistada había decidido venir a brincos de metro. Y, éste, maravilla nada desconocida, estaba con retardos. Pero, al fin, por fin comenzó lo acordado.
- ¿Tus ganas de contar cuentos de dónde vienen?
- Yo creo que cuando uno es cuentacuentos nace con eso, pero no se da cuenta hasta que está más grande. Recuerdo que en mis juegos de pequeñas eran las muñecas las que tenían que contar algo. No era simplemente jugar a la mamá y darle tetero a las muñecas. Ahí tenía que haber una historia. Con mis amigas, escribía los “guiones” que íbamos a usar para el juego, entonces cuando ya estaban listos ellas bajaban a mi apartamento. “¿Ya está listo?”, me llamaban por teléfono, “Sí, véngase”. Era muy cómico. Y en los días de la madre, los días del padre, siempre hacíamos algo. En mi casa mi mamá había hecho una media pared y ése era nuestro teatrino. Y ahí hacíamos desde “El Chirigüare”, hasta obras originales que se han perdido en el tiempo. Para títeres de cuchara, todas las cucharas de madera de la casa. Me imagino que esas ganas de narrar vienen de ahí. Luego, cuando comienzo en la Universidad Central de Venezuela, en una de esas horas libres descubro a “Cuentos bajo la sombra” en la Tierra de Nadie. Me pareció que era una belleza esa actividad, congregar a tantos jóvenes y adultos, porque también había profesores allí, escuchándose, reencontrándose con eso de contarte literatura o contarte cuentos de la tradición oral. Fue una cosa tan bonita que dije, “me gustaría hacer eso” y comencé a frecuentar los sótanos del Aula Magna, los días que ellos ensayaban.
Y las emocionadas palabras de Lin – nombre principesco por el que se la
reconoce entre sus familiares, amigos, alumnos y los partícipes de su Reino de Rania - recuerdan como se hizo aprendiz de esos muchachos. Y, como hizo un taller con Las Cuentacuentos de Los Caobos y se fue a escuchar a los distintos grupos que en esa época estaban en Caracas. Y se integró a “El Chichón”. E hizo un grupo que se llamaba “Los cuentos del baúl”, que contaba por todos lados, en las escuelitas, en el Patio de San Bernardino y en la misma Tierra de Nadie.
- ¿Cómo sientes este proceso de la Narración en este momento? ¿Qué está sucediendo aquí y ahora?
- Desde hace unos tres años la Narración Oral en Caracas está otra vez como retomando fuerza y creo que tiene que ver un poco con las ganas de reencontrarse, con las ganas de contar con otra gente, de que otra gente cuente con nosotros y que al estar todos juntos nos damos cuenta que si hacemos sinergia y unimos fuerza, pues vamos a ser un movimiento cultural más fuerte. Y, en un momento en el que la ciudad lo necesita. Porque la ciudad necesita el rescate de sus espacios públicos y la Narración Oral es el vehículo ideal para este rescate, los espacios públicos en ambiente de unión familiar.
- ¿Has sentido que el público está aceptando eso?
- Muchísimo, tú lo ves en las contadas de Parque Caballito. Lo ves ahorita en las contadas que están programadas en el Festival de Lectura de la Plaza Altamira. Lo vemos todos los miércoles y viernes aquí en la Plaza Los Palos Grandes, que igual que en Caballito, los niños ya están esperando cuando uno viene a contar cuentos.
Y entrevistada y entrevistador notaron que era muy cierto. Comenzaban a rodearlos los niños y los padres que asistirían hoy a la presentación de La Rana Encantada en el espacio donde estaban ya, por lo próximo de la hora.
- Hay muchas más personas interesadas, “Yo quiero ser cuentacuentos, ¿dónde me puedo formar?”, te dicen. Incluso el Banco del Libro, que había dejado de hacerlo, reabrió sus talleres de Narración Oral. Y está ese espacio de fogueo de los cuentacuentos que es “La hora del Cuento”, todos los sábados durante más de siete años ha estado allí, haciendo que los niños y sus papás se acostumbren a escuchar. Y, a eso le sumamos los años que tiene “Cuentos de La Vaca Azul” y “Narracuentos Ucab” y las “Jornadas de La Palabra que se dice”. Hay interés no sólo de las familias con sus niños, hay interés de los adultos y de los jóvenes que están en la Universidad. Este año la afluencia del público en las Jornadas fue muy bella. Creo que la gente se quiere reencontrar, se quiere reencontrar en lo sencillo, en lo humano. Y la Narración Oral tiene eso.
- ¿Has tenido noticias a través de la Red de lo que está sucediendo en otras partes del mundo con la Narración?
- La Red Internacional de Cuentacuentos ha funcionado bastante bien, pero tienes que estar muy pendiente porque te interesa información, de entrar periódicamente a revisarlo, de estar conectado en las redes sociales donde ellos participan para poder leerlos. Pero sí, creo que ha sido un buen órgano de difusión de la actividad con los diferentes países que la integran de lo que se está haciendo en Narración Oral. Sobre todo, muy interesante ha sido el concurso de cuentos cortos en audiovisual porque te permite ver cómo se cuenta en otros lugares, dónde se cuenta, quién cuenta y además cómo es el estilo del que cuenta. Ha sido muy rico, viendo uno aprende.
- Además de lo hecho por la Red, a nivel del estudio hacia la Narración Oral, ¿cómo ves la preocupación académica por la Narración Oral ¿Cómo la estás sintiendo en este momento?
- Creo que el estudio de la Narración Oral en este momento está, por lo menos en Latinoamérica o en lo que nos compete que es Venezuela, bastante bajo. Hay muy poco interés, salvo los que contamos, de hacer un experimento en campo viendo cómo funciona la Narración para ciertas cosas o realmente hacer estudios que luego se conviertan en procesos teóricos que apoyen a las nuevas generaciones que se están formando. Sin embargo, recientemente descubrí un encuentro de promoción de lectura en España que todo el tema está en torno a la Oralidad y me pareció muy interesante porque siento que sí hay un despuntar. Emilia Perrero tiene un trabajo muy interesante en torno a la Oralidad y la importancia de la Oralidad para la lectura y para la formación del ser. Igual que Michelle Petit tiene un estudio muy interesante sobre el compartir oralmente, así sean textos que leíste y que estás haciendo tu propia versión, que no necesariamente son cuentacuentos, pero ese compartir oralmente tus lecturas en situaciones de riesgo, situaciones de crisis y ese estudio es muy interesante como aporte teórico a la Narración Oral y este encuentro de promoción de lectura y de formación de lectores me sorprendió muy agradablemente que está centrado en torno a la Oralidad, la Narración Oral, la Oratoria, la Palabra que se dice y se comparte de boca en boca y oído en oído, entonces creo que si bien es cierto que estamos muy poco estudiándonos, leyéndonos siempre estamos. Y de hecho en los blogs hay información interesante sobre la Narración Oral, está el tuyo, “Cuentos de La Vaca Azul”, está el de Francisco Garzón Céspedes, están los blogs adscritos a la Red Internacional de Cuentacuentos y algunos adscritos a los espacios de bibliotecas de Chile, Argentina y España, que son los tres países que en este momento hay más repunte, incluso más que en Colombia, donde hay una tradición de Oralidad bastante fuerte y creo que si nos empatamos en esta onda pues podemos agarrar el papagayo y volar otra vez con la investigación sobre la Narración Oral y el rescate del estudio y de la producción de elementos teóricos.
- ¿Cómo ves el vínculo entre el juego y el cuento
- Es importantísimo. Siempre le digo a la gente que se me acerca y me pregunta qué tengo que hacer para ser cuentacuentos: jugar. El cuento es jugar, jugar y abrir el corazón para comunicarte con el que te está escuchando a través del juego que es afecto. En la Plaza nosotros contamos cuentos y combinamos las actividades de contar cuentos los miércoles con una reflexión compartida con los niños y los papás acerca de la cultura ciudadana y cultura de paz, entonces tenemos el programa de “Postales para la paz”, donde combinamos expresión literaria, reflexión ciudadana con expresión plástica. Los niños dibujan una postal, escriben qué es para ellos la paz, qué es para ellos la amistad, todos estos valores que son tan abstractos los traemos a su experiencia y ellos lo ven mucho más claro y los papás se quedan asombrados de las cosas que a uno le dicen. Luego los viernes jugamos con juegos tradicionales, que tampoco se puede escapar de cuando fui scout y jugaba tanto con los juegos tradicionales, y esta Plaza es un espacio para correr, jugar, saltar, entonces los viernes jugamos juegos tradicionales: La Ere, Pollito Inglés, Una Candelita, Ponteporonte, Palito Mantequillero, Ale Limón, La Ronda de Doña Ana y después cerramos contando cuentos. Entonces los niños han descubierto junto a sus papás estos juegos, y un papá le dijo en estos días al niño “ay, yo jugaba eso cuando era chiquito”, y el niño le dice “ay, papá, entonces ese juego debe ser bien chimbo”, y el papá: “no es que yo jugaba diferente”. Entonces después cuando se puso a jugar y estaba divirtiéndose, el papá le dice “viste qué divertido es, igualito al que yo jugaba cuando era chiquito”, entonces el niño, “papá me engañaste, pero no importa”, y siguieron jugando. Entonces es muy bonito porque hay ese guiño a la infancia de ese papá que viene y este niño que está en su plena infancia y se encuentran en una actividad donde los dos rescatan su infancia.
Y entrevistada y entrevistador supieron que la entrevista culminaba aquí. Los niños y los padres mostraban y demostraban que ya era la hora señalada. Los nervios del entrevistador se aceleraron de nuevo. Según lo acordado la noche anterior, compartía ese espacio del Reino de Rania con un cuento. Por ello, y ante todo lo sucedido, narró “Miedo” de Graciela Cabal: la historia de un niño que vence todos sus temores al apoyarse en la amistad de un perro.
Entrevista de Armando Quintero realizada el viernes 27 de mayo en la Plaza de los Palos Grandes,
uno de los numerosos espacios del imperial Reino de Rania.
¿Quién es Linsabel Noguera?
Comunicadora Social por la UCV, actriz, narradora oral, promotora de lectura, productora radial, locutora y mamá. Lleva el blog Pomarrosas y cerezos y el programa de radio Librería Sónica, con Jason Maldonado, en RCR 750 AM. Realiza su tesis para el Máster a distancia en libros y literatura para niños y jóvenes de la Universidad Autónoma de Barcelona (España) y dicta la cátedra de Pedagogía de la expresión dramática en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Facilita talleres de expresión artística para niños y jóvenes en las áreas de música, teatro, plástica, informática y escritura creativa; como también de talleres de formación en Promoción de lectura y de Narración oral, para adultos con La rana encantada. Además de docente invitado por el Lidice Memorial de Praga para dictar talleres de arte para niños y de formar parte del Comité de evaluación de libros para niños y jóvenes del Banco del Libro, donde ha sido jurado de su premio anual Los mejores libros para niños y jóvenes. También, formó parte del taller de la poeta venezolana Mharía Vázquez Benarroch y fue ganadora del VII Concurso para autores inéditos de Monte Ávila 2009, en la mención Poesía. Y, en el 2010 recibió el VI Premio Nacional del Libro 2008 – 2009, otorgado por el CENAL, como Promotora de lectura infantil y juvenil.