Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

lunes, 14 de junio de 2010

Un cuento para divertirnos: De punto



Esto es un punto.
No tan pequeño, para que lo veas bien.
Ni tan grande, como para que no lo confundas con un círculo recortado de una cartulina negra.
O con lo que veríamos por el ojo de buey de un barco pequeño al pasar al costado de un transatlántico. U otra cosa oscura y grande.
Ahora, pregunto, ¿es seguro que todo punto es un punto?
A saber.
Tenemos el punto, también, el punto y coma, que no es lo mismo que “¡Coma!, ¡Y, punto!”; el punto y aparte; el puntoyseguido que, para algunos suena a “suspendido”.
Que para nada es “quedarse en un punto suspendidos”. Y, menos, “suspendidos en un punto”.
Hay un punto sobre la jota. Y un punto sobre la i.
Que, por supuesto, se parecen mucho. Los puntos han de ser primos hermanos. Casi seguro.
Como uno puede detenerse en un punto, hay que tener mucho cuidado de no quedarse parado en uno y sin avanzar. Sigamos.
Hay puntos de hilo, de bordados o de tejidos. Puntos de aguja, de malla, de encaje o de tafetán. Punto por debajo, punto por encima. Punto de cruz y punto cruzado. Eso sí, recuerda, en todos los casos anteriores, hay que pedir auxilio cuando se corre un punto.
Lo que sí es seguro es que no existen puntos dulces. Los puntos son insaboro. En todo caso, toman el sabor del papel que los contiene. O el de la tinta que los trazó o imprimió.
Por ello no podemos hablar de dulces puntos. A no ser en poesía. Pero existen dulces a punto, punto de caramelos y punto de nieve.
Hay un punto de partida y un punto de llegada.
Existe el punto muerto y el punto cero.
También, un punto de mira y un punto de vista. Que no son lo mismo.
Aunque algunos, muchas veces, intentan que lo parezcan.
Hay un punto de más y un punto de menos.
Y, hasta uno puede andar de punto en blanco.
Y, aunque el diccionario no lo diga todos conocemos, sobre todo en algunas latitudes, los terribles y adolescentes puntos negros.
Como conocemos un punto de congelación, uno de fusión, uno de hervor y hasta el de cocción. Y tenemos, sobre todo a ciertas edades, un punto crítico, uno filosófico, uno teológico, uno de apoyo y hasta un punto crudo.
Podemos, incluso, llegar a punto o estar a punto.
¿Has comprendido que no todo punto es simplemente un punto?
Te lo dejo para que lo pienses. O, al menos, lo imagines.
No tienes que estar de acuerdo conmigo.
Lo hablamos en otro momento. ¿Te parece?
Porque, por ahora, yo también he llegado al punto de saturación.
Punto final.

Texto de Armando Quintero de la serie "Divertimentos".

3 comentarios:

Belkys Pulido dijo...

Son las once y 42 de la noche y no puedo despegarme de este blog. Es un blog que se cuenta y me ha atrapado, mil gracias. Garzón anda por aquí en estas páginas y fue mi maestro, con Beatriz Falero conté algunas veces en Santa Catarina, este mundo se hace abrazo cuando se reúnen palabras y espíritus afines. Mil gracias, iba a preparar montón de asuntos y me he quedado aquí.

Mirache dijo...

pues con un punto y seguido te saludo

Mirache

Palpitaciones Fluorescentes dijo...

nohe dado ni un solo pestañeo...