Contaaar
Niños del Colegio Centro Infantil Altamira,
Caracas,
en la presentación realizada por
los cursantes del módulo de
Narración Oral,
Universidad de Oriente, UDO.
E
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XISTE EN VENEZUELA un
florecimiento en el arte de los cuenta cuentos, gracias a la actividad
persistente de La Vaca Azul, digamos Armando Quintero. Quien a su vez, lidera a
los Narracuentos de la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, Caracas.
Y ahora, con el apreciado programa
intensivo nacional de la Universidad de Oriente, UDO, con el liderazgo del
sociólogo Jesús Subero Marín, quien tomó tierra de la capital venezolana, con
el diplomado Literatura Infantil para Docentes, 3era cohorte.
Los frutos, las motivaciones, el
descubrimiento de nuevos talentos, impulsar a escribir, la fuerza para salir al
escenario. Mirar la mirada de niños, maestros, padres y de un país en los
caminos mágicos de la palabra.
Ese es el mejor trabajo artístico,
lúdico, constructivo y trascendente que se puede establecer o sembrar con
excelentes resultados en aulas y espacios abiertos.
Los cursantes de la UDO se
congregaron en tres grupos y abrieron fuegos con sus escritos de creación
personal. Y una segunda ronda ante los aplausos, con textos de autores
consagrados.
Luego dos niños de la institución
educativa, vinieron por lo suyo con una versión del amor encendido de Romeo y
Julieta, que nos emocionó.
A continuación, algunos
comentarios de los alumnos del Módulo de Narración Oral, Universidad de Oriente,
UDO, celebrado en Caracas el 27, 28 y 29 de julio, 2012.
Armando Quintero: “El poder del compromiso y la
imaginación.”
En lo más alto de la montaña
(Tiempo)
(Tiempo)
Luis Cardozo Romero
Dedicado a Armando Quintero, cuentacuentacuentacuentero
Dedicado a Armando Quintero, cuentacuentacuentacuentero
EN LO MÁS ALTO de una montaña encontré un abuelito que
miraba fijamente al Sol, al sentir mis pasos abrió las palmas de sus manos. Toda
la luz entraba a través de sus dedos. De pronto, pellizcó el aire ¡Tris!, y
frente a mi aparecieron historias de geografías, de animales, de árboles, de
nubes, de colores, de gentes.
Antes del amanecer lo vi subir por unos
escalones de luciérnagas y tomar una vereda dibujada de estrellas, iba camino a
la vía láctea azul.
En el camino de vuelta, bajando solo la
montaña llevaba entre mis manos una arruga de sueños del amigo.
¿Dije bajando solo...?
Hugo Colmenares, Milángela Meneses,
Alida Pérez Salazar y Yulay Martínez.
Sigo aprendiendo
respeto y perseverancia
Abigail Truchsess
La cuentacuentos Abigail
Truchsess y
Blanca Nieves
en una versión que juega a las ironías de la
envidia y el consumismo.
ESTIMADÍSIMO y muy respetado profesor
Armando Quintero. Mi opinión es absolutamente
subjetiva. ¿Qué puedo responder, que no sean alabanzas?
El profesor Quintero es un hombre que ama y respeta su
oficio. Es por ello que se ha ganado su
puesto dentro de los mejores contadores de cuentos de Venezuela e incluso en el ámbito internacional.
Una de las compañeras universitarias del diplomado de LIJ
para Docentes, me dijo: "Ya
tú te sabes la lección…"
Evidentemente, hice un primer taller hace sopotocientos años con Armando Quintero,
en la antigua sede del Ateneo de Caracas, en Los Caobos.
Luego, él me
ha abierto las puertas a otro de sus talleres.
Quizás sabía ya algunas
cosas y hubo un repaso de otras materias en el arte de la narración oral.
Aprendí mucho más. Nunca se deja de aprender.
Este es un oficio del cuentacuentos, que se hace en el oficio
de contar. Como el trabajo creador de
escribir. La mejor manera de escribir, es haciéndolo. Dándose golpes contra esa
piedra.
Y lo que más he cultivado en el diplomado con el profesor
Armando, y sigo aprendiendo. Espero que jamás se me olvide: es una vez más, el
respeto y la perseverancia.
Respeto por el oficio, por los niños, por el público a quien se cuenta, por el cuento que contamos,
por los compañeros contadores
y por sus alumnos.
Mi muy querido profesor Armando Quintero, es ejemplo vivo.
No es egoísta. No se guarda trucos, saberes, ni experiencia.
Es honesto
en lo que enseña. Abre las oportunidades y estimula.
Lo más evidente
del taller fue el entusiasmo que generó en todos nosotros.
Había muchas ganas de salir a contar.
¿Hay un mayor logro para un pedagogo?
Mariana Longo, Irene Aranguren, Fabián Zaraza, María Inés
Crespo
y Anahil Hernández con algunos recursos del teatro
clásico.
Entre sutilezas y alegrías
traspasar los sentidos
Alid Salazar
ARMANDO Quintero es un cuentero que se desborda desde sus entrañas para
dar lo mejor de él.
Nos atrapó como compañero, como instructor, profesor, amigo y
estoy segura que obtuvo lo máximo de nosotros.
Porque el qué más o el qué menos, puso su corazón impoluto y su
sangre apasionada, para estar en un escenario, que a decir verdad es difícil e incluso
para los profesionales.
La musicalidad de sus conocimientos es capaz de traspasar los
sentidos de cualquier ser que no tenga ninguna capacidad para aprender. Porque los
tonos de esa melodía están impregnados de sutilezas, de alegrías, de crescendo,
de fuerza, de silencios para la conexión interior, de interrogantes para saber
si ese conocimiento ha quedado en el participante.
Puede decirse que compone una sinfonía para la enseñanzam
mientras se dirige a sus pupilos.
El padre de La Vaca Azul nos enseñó a redescubrirnos, viajando a
través de nuestras sensaciones y conectándonos con la infancia que nos exaltó
al recordar.
Y luego, él nos brindó la dulzura armónica del “arroz con leche”
que todos conocíamos por “su santo lugar”.
Ser testigo de la magia de sus ocurrencias fue regocijante en el
diplomado de la Literatura Infantil para Docentes, con el respaldo académico de
la Universidad de Oriente, en Caracas.
Y lo oportuno de los materiales fue certero. Como el escrito “El
Mundo” que nos invitó a reflexionar sobre la manera de expresarnos de cada uno
de nosotros.
Lo más importante que debemos tener es un “fuego grande” y que
ese fuego sea compartido es el colofón de la satisfacción.
Armando nos divirtió, nos encantó, nos enganchó, nos alegró la
vida.
En sus ojos pudimos ver nadar nuestras inquietudes. Nos ofreció
una tabla de salvación para el cuentacuentos y nos dejó con una sonrisa en el
alma.
Con mucho cariño recordaré sus enseñanzas.
El verdadero título
Irene Aranguren
REALIZAR el módulo de Narración Oral con el profesor Armando Quintero, resultó ser
una experiencia muy interesante y enriquecedora.
El habernos sumergido en el análisis de un oficio o mejor dicho
una profesión tan seria y delicada, como la del cuentacuentos, definitivamente
alimentó mi amor y admiración por este arte.
De la mano de profesor Quintero,
pudimos ir más allá de la teoría. Nos permitió profundizar en el análisis,
la discusión e incluso la comprensión de importantes características y
realidades del narrador oral.
Pero sobre todo, la posibilidad de la vivencia, el respeto, la
seriedad, el cuidado y la dedicación necesaria, para cumplir una labor tan
importante.
Me permitió corroborar el compromiso y la constancia que
son necesarios para poder alcanzar un verdadero título de cuentacuentos.
Considero que la dinámica de sus clases no
sólo permite aprender de un experto, como él. Sin duda es y lo demuestra. Sino
que permite un importante aprendizaje y crecimiento tanto personal como grupal.
Agradezco mucho la experiencia. Atesoraré el
aprendizaje y más aún la motivación a seguir descubriendo,
navegando y aprendiendo dentro del maravilloso mundo de los cuentacuentos.
Sería estupendo poder llegar algún día a ser una cuentacuentos.
Victoria
Ardito, Adriana Herrera, Ana María Pérez Russo, Rossanna Varela y Luis Cardozo Romero entre
los vinos de Don Quijote y el día que el sol tomó un día de descanso.
Aprender de la mirada
Rosanna Varela
EL DÍA QUE ARMANDO Quintero me convirtió en
mariposa. Recibir clases con Armando fue ponerme en sus manos, las mismas donde
se posa la mariposa.
El vuelo te ocurre sorpresivamente, es el momento en que el
cuento, te recorre por dentro con su magia inevitable fluyendo hacia otros.
Todo un honor
aprender de la mirada, gestualidad, expresión, sinceridad y dedicación
sensible, de un hombre que hace feliz a los niños.
La
sonrisa de las niñas del Colegio Centro
Infantil Altamira atentos a la presentación
realizada
por los alumnos del módulo de Narración Oral.
Fantasía ante los espectadores
Hugo Colmenares
LA EXPERIENCIA del Diplomado de LIJ
promovido por la Universidad de Oriente, UDO, tercera cohorte en Caracas, trae
en el módulo de narración oral, el descubrimiento de nuevas voces de
cuentacuentos.
Se recoge, entonces, una disciplina académica. Un altísimo
respeto hacia la creación literaria y un delicado, pero animado sentido de la
fantasía ante los espectadores, que en su mayoría son niños y
niñas, acompañados por sus familias y educadores.
Una excelente aportación del profesor Armando Quintero en aulas
universitarias.
Una obra que crece con mucha fuerza, porque las lecciones del
diplomado, buscan potenciar todas las disciplinas de la creación, que tienen a
la infancia venezolana o hispanoamericana, como la razón plena y mágica
del ser.
El cuentacuentos Fabián Andrés
Zaraza y el panadero
que se creía
un tigre, por lo que fue encerrado en una jaula..
Un arte que exige
mucha preparación
Victoria Ardito
QUIERO COMENZAR por darle las gracias a todos por hacerme sentir tan contenta y
tan plena.
La experiencia de contar cuentos en el módulo de la UDO, junto a
todos ustedes fue grandiosa.
Saber que pude hacerlo y recibir las felicitaciones de ustedes
fue muy emotivo.
Escuchar las risas de Fabián y ver la cara de satisfacción de
Abigail, compañeros que ya tienen una larga experiencia contando. Fue
gratificante.
Pero escuchar las felicitaciones de Armando, pues... no tengo
palabras.
Gracias Armando por lo enseñado, por lo aprendido y por el
maravilloso recuerdo de ese hermoso día, que se, perdurará siempre en mi.
En cuanto al módulo, puedo decir que me pareció muy interesante,
el material entregado, los ejercicios realizados en clase, la gentileza del
maestro en hacernos las observaciones pertinentes a cada uno en particular.
Fue un aprendizaje muy importante.
Siempre he admirado mucho a los cuentacuentos, pues
en ellos
hay un carisma especial, que produce un encantamiento en quienes escuchan, que
perdura aún cuando ya haya terminado el cuento.
Además... No todos los días tengo un compañero de clase que
es también mi maestro.
La Narración Oral es un arte y como tal exige mucha preparación,
disciplina, constancia y compromiso.
Creo que los niños y los jóvenes son un público muy exigente y
crítico.
Nosotros los adultos damos el modelo, según lo que hagamos o
digamos seremos juzgados.
Debemos estar muy pendientes de qué vamos a decir y cómo lo
vamos a decir.
Una vez más, reitero: fue un honor haber contado cuentos con
todos, todos ustedes, aprendí mucho de todos. Gracias.
Fantasía desde y ante los no espectadores
Armando Quintero
… Y LA FANTASÍA SE HIZO REALIDAD, de ello no hubo ninguna duda.
Todo fue posible.
Desde el mundo gestado por las voces,
los gestos y los movimientos de los narradores ante los niños y adultos que
fueron copartícipes de ella. No sólo público.
Hasta la seguridad que, para todos,
hubo una primera vez.
Para los alumnos por el módulo como
tal. Muchos habían asistido a talleres y presentaciones pero poco de ellos a
una propuesta así.
Aún los dos que ya son narradores,
sintieron una actitud de entrega total y de compromiso personal y colectivo. De
estar unidos, de trabajar en equipo.
Para ese público que, seguro, nunca ha
visto propuestas como la presentada.
Para mí por el doble rol nunca asumido
hasta ahora, la de docente de mis propios compañeros del Diplomado de
Literatura Infantil.
Todo fue maravillosamente posible
gracias a todos. Lo revelan las fotos.
¡Y, lo demás es lo de menos!
Todos lo aprendimos.
Un excelente trabajo
para querer y contar
Milángela Meneses
CUANDO uno es “esponja”, todo aprendizaje que la experiencia te enseña, entonces
todo conocimiento es fenomenal. Con la suma de todo reconocimiento, Armando
Quintero es la experiencia educativa y artística. Va mi respeto a un excelente
trabajo.
Creo
que está demás decir; que su clase fue muy buena en sus contenidos y
motivaciones.
Aprendí estrategias y saberes que me hicieron crecer y querer hacer, como contar
cuentos.
Contar
es la mejor manera de expresar al mundo, en lo que podemos sentir.
Gracias profesor Armando, por enseñarnos a contar esas historia fantásticas.
Es
algo genial.
Todo es maravilloso:
escribir y narrar cuentos
Ana María Pérez Russo
MARAVILLOSO el Módulo de Narración Oral con el cuentacuentos Armando Quintero. Esa es mi opinión sobre la
actividad académica en la Universidad de Oriente, UDO.
Lo que consiguió en tres días, que más bien
fueron dos porque el tercero ya fue la presentación en una escuela, me parece
increíble.
No
soy pesimista. Sin embargo, tal como lo dije en clase, por momentos sentía
imposible alcanzar las metas que
proponía el profesor Armando, en tiempo tan escaso.
Sorprendentemente, sí alcanzamos las escrituras de
nuestros cuentos, representarlos y estar en un escenario escolar, para que
luego vinieran los aplausos de los niños y niñas. Algo maravilloso.
Su
forma sutil de llevar al grupo, y muy especialmente a cada uno en particular.
La
excelente forma de elección de los cuentos a narrar, creo que fueron dos de los
grandes pilares, sobre los que se asentó el éxito.
También
su dedicación y amor al oficio que con tanto brillo desempeña.
También
estimo que fue muy importante el buen ambiente y compañerismo que existe en el grupo.
Hecho que hace gratamente disfrutable el asistir a éste ambiente
universitario y campo fértil, no espinoso, sobre el que tan bien supo trabajar
Armando y responder para nosotros.
En lo
personal pensé que no iba a “poder” estar en esa expresión del arte de contar.
Desde
el principio cada vez que me asaltaba el “no voy a poder”, de inmediato trataba
de cambiar la frase por un “por qué no…”
—Sí,
voy a poder… Sí voy a poder.
Esto
me hubiera sonado a autoayuda y consigna política. Seguro me hubiera producido
el efecto contrario al buscado.
Y
bueno… se dio la magia, el valor, el entusiasmo y la fuerza de salir a contar…
Muchas gracias Armando.
Degustación de Sensaciones
Adriana Herrera
Sin había una vez se sumaron las emociones
y mezclaron y entretejieron por todo el cuerpo, entonces las voces, palabras mínimas y gestos se hicieron públicos para regresarnos en espejos y aplausos imágenes de posibles historias.
·
Escrito colectivo,
asesorado y corregido por Hugo Colmenares y Cuentos de la Vaca Azul.
·
Fotos de Luis Cardozo y
Jesús Subero.
· Video de Tiago de Jesús
y Cuentos de la Vaca Azul (en realización)
·
Agradecemos a la
Dirección de Colegio Centro Infantil Altamira, los docentes y alumnos
participantes. Sin esa colaboración, la actividad no hubiera sido tan
maravillosa.
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