Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

sábado, 22 de agosto de 2009

Un texto para la formación de nuevos narradores orales. Y para las personas interesadas en el tema.

Escena de una casa en Chacao, Caracas, en los años 1950
Foto de Carlos Herrera. Tomada del Facebook de Yolanda Pantin

Un cuento, el cuento
A Ayax Barnes (in memoria) y a Beatriz Doumerc:
con su libro La Línea (y con sus líneas) me posibilitaron la realidad de este texto.

Si encuentro la palabra Cuento - no abandonada, pero sola por ahí - me pregunto:

¿Cuento? : ¿Yo cuento?
¿Cuento? : ¿Yo enumero?
¿Cuento? : ¿Yo calculo?
¿Cuento? : ¿Yo narro un suceso?
¿Cuento? : Yo enumero sucesos.
¿Cuento? : Yo calculo mis palabras para narrar un suceso.
¿Cuento? : Yo cuento un cuento.
El cuento: palabras que enumeran sucesos.
Yo cuento: las palabras que nos dicen de las cosas que le pasaron a alguien, en un lugar y en un tiempo.

Las palabras prohíben, censuran, corrigen, enseñan y divierten.

Un hombre con las palabras se enreda, se aísla de los otros hombres, vacila, duda, retrocede, quizás no llegue a ninguna parte y las abandona.
Un hombre con las palabras se comunica, se apoya con los otros hombres, afirma, experimenta, avanza, quizás llegue a muchas partes y las alimenta.
Un hombre con las palabras hace poemas y cuentos.

Un hombre con los cuentos detiene, separa, divide, engaña, prohíbe, ataca, destruye y cuenta contra el hombre.
Un hombre con los cuentos mata o deja morir.
Un hombre con los cuentos avanza, une, multiplica, es veraz, admite, comparte, construye y cuenta con y para el hombre.
Un hombre con los cuentos vive y deja vivir.
Un hombre con un cuento narra para imaginar: crea la maravilla de nuevos mundos reales, sin evadir las realidades.

Traza una campana que resuena en todos, con todos, para todos.
Abre las puertas y las ventanas que liberan los pájaros enjaulados en nuestros cuerpos.
Le pone tortugas a nuestros pasos para que los guepardos, que agitan nuestras faenas diarias, también descansen.
Une sus manos con los otros hombres, para defendernos y renovar nuestros corazones abiertos.
Un hombre con un cuento narra para encontrar más cuentos.

Porque después de todo -así lo reciba como la pluma de un ángel o, simplemente, lo intente hacer por sí: para sorprender o sorprenderse, para confiar en los otros, para compartir con los demás o para amar y ser amado- ¡cada hombre creará, siempre, su cuento o su poema! ¿O no?

Texto de Armando Quintero tomado de ¿Quieres contar cuentos?
http://www.analitica.com/media/3183637.pdf

1 comentario:

lil dijo...

Cuento
Rendija
Curador
Atrapante
Seductor
Interlocutor
Cuento que nos cuente
y que nos deje contarlo
Cuento que no sea solo cuento
Y que sea solo un
cuento
Cuento
otro lugar
Lil