Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

lunes, 22 de septiembre de 2014

Versiones nuevas de refranes viejos


LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Los que al ver esos “perfiles”, o esa faceta tan seria de las primeras fotos y me imaginaron pensando acerca de profundos y abstrusos problemas metafísicos, se equivocaron de medio a medio. En realidad, en ese momento, estaba elucubrando las siguientes gansadas.
Cada loco con su mate.
Que le quiten lo birlado.
El fin justifica los miedos.
Perro que ladra no duerme.
Le vino como anillo al pelo.
Ir por lana y volver ovillado.
Con las patas baila el mono.
Para muestra basta un montón.
Listo el pollo se acabo la rabia.
Ajo por ajo y diente por diente.
Es vidrioso pero no masca locos.
La culpa la tiene el chivo expiatorio.
Herrar es humano, cocear es equino.
Al que se pasa de la raya, punto en boca.
Casi nada lo del ojo, y lo tenía en la nuca.
La pereza es la madre de todos los peros.
Entre pitos y flautas se fue chiflando bajito.
Cuesta un ojo de la cara y la mitad del otro.
El zorro pierde el pelo pero sólo de mañana.
Todo bicho que camina va a parar a la cocina.
En boca de herrero no entran moscas de palo.
Le dijo cuatro verdades y una mentira piadosa.
Al que nace barrigón que lo fajen con un ñudo.
Tocaba de oído y hablaba hasta por los codos.
Algunos andan a tientas y otros van a sabiendas.
Le cantó las cuarenta y se durmió en los laureles.
En el país de los ciegos es mal negocio la óptica.
La verdad de la milanesa es que sos un papa frita.
Es más saludable prestar oídos que dar una mano.
Cada lechón en su teta porque madre hay una sola.
No guardes para mañana lo que puedes gastar hoy.
El que quiera tocar de oído tiene que parar la oreja.
Era tan pobre que no tenía ni donde caerse muerto.
Más vale pájaro en mano que hacer las del avestruz.
El pez por la boca muerde; los otros bichos también.
No por mucho madrugar se amanece vestido de seda.
El que ríe último es porque le costó entender el chiste.
Cuando las papas queman el horno no está para bollos.
No tiene pelos en la lengua pero tiene monos en la cara.
Poniendo estaba la gansa y a no hacerse el chancho rengo.
Por más que se ponga el hábito, la mona no se hace monja.
El que le rasca el lomo al chancho termina pagando el pato.
Para poner manos a la ubre primero hay que manear la vaca.
Es más fácil matar la araña que atar dos moscas por el rabo.
No daba el brazo a torcer porque hablaba hasta por los codos.
Más vale poner las barbas en remojo que las manos en el fuego.
Más vale llorar lágrimas de cocodrilo que cantar para el carnero.
Es más sensato pedirle peras al olmo que darle pasto a las fieras.
Si ves las barbas de tu vecino arder es porque se durmió fumando.
Entre bueyes no hay cornadas mientras no aparece el buey corneta.
Más vale meter la mano en la lata que meter el dedo en el ventilador.
No aflojar ni un tranco de pollo aunque se le ponga la carne de gallina.
Para sacar las castañas del fuego hay que tener la sartén por el mango.
Se durmió en los brazos de Morfeo y terminó despertando sospechas.
Es más sensato pedirle peras al olmo que buscarle la quinta pata al gato.
La culpa de que el chancho chifle es del que le pasa margaritas por el lomo.
Mirar por el ojo de la cerradura no es lo mismo que mirar con el ojo cerrado.
Es más saludable hablar de bueyes perdidos que agarrar el toro por las guampas.
El que mete la nariz en lo que no le importa es porque no ve más allá de sus narices.
Es más fácil pinchar con una aguja el ojo de un camello que entrar en el reino de los cielos.
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que encontrar una aguja en un pajar.
Textos de Bolívar Viana, ceramista, docente y escritor uruguayo. Es la persona, seria, que aparece en la foto. Aclaratoria necesaria  para no uruguayos: gansadas es, más o menos, un sinónimo de gafeadas, se le llama ganso al gafo.