A
todos los que resistimos a los violentos avatares del momento y reconocemos que
aún existen niños que acarician los pétalos de las flores o lanzan besitos a
los pájaros que revolotean en los jardines de sus edificios.
1
Me gusta un país que tenga pueblos como el de "Un caballo que era bien
bonito" o el de "Mi mamá en un pueblito de recuerdos". Con seres
maravillosos que nos digan "Rezo el Credo" y lo hagan con el carisma
y la emoción con que aún lo hace nuestro Aquiles Nazoa.
2
Me gusta un país que tenga más de un unicornio azul con alas. Y que, aunque pequeñito, revolotee siempre sobre nuestras cabezas y llegue a nuestros dispuestos corazones.
3
Me gusta un país donde habite una vaca que se pinta de
azul porque de oídas se enamoró del mar. Y exista, también, una guarida de
lobos y lobitos como los que habitan en "Un lugar en el bosque".
4
Me gusta un país que alegre te dé los
"buenos días" al subir al autobús o al metro; que siempre te
retribuya con unas "muchas gracias" ante cualquier ofrecimiento, y
sea capaz de brindarte las sonrisas y las miradas que brotan desde adentro.
5
Me gusta un país donde el otro te pregunte: "¿qué necesita, el
amigo?". Y no te rechace o te denigre porque no usas el mismo color de su
camisa o, así de simple, no compartas con él los mismos corazones o la misma
cantidad de estrellas.
6
Me gusta un país donde el temor y la muerte no abran heridas que no se cerrarán
nunca y puedan ser más fuertes que aquellas que hicieron la desconfianza y el
odio por el sur de Nuestra América en los años setenta.
7
Me gusta un país donde la amistad corra a millares de abrazos por amigos y la
velocidad de un caracol sea mayor, siempre, a la desesperación. Y sepa, sin
dudarlo, quiénes son “los poetas que en el mundo han sido” para abrirle las
puertas y ventanas del corazón.
8
Me gusta un país donde el pan de cada día sea amasado con el trabajo de todos.
Y con la harina que ponemos en común y no por la corrupta hiel que nos
hace reforzar las diferencias.
9
Me gusta un país, sin dudas, donde encuentre un camino para que todos podamos
decir: - ¡Al fin encontré la paz, la verdadera, la del corazón sincero, la de
la rosa blanca de José Martí! Y no la que nos encamina encorvados a los
sepulcros.
10
Me gusta un país donde no haya juegos ocultos debajo de las mangas, ni en
maletines de viajeros o en cheques abultados que aparecen de pronto en lejanos aeropuertos.
Ni te compren tus saludos con aplausos de focas o supuestos decretos legales. O
tengas que vender tus decisiones a treinta monedas por papeles.
11
Me gusta un país donde la autoridad de sus ciudadanos no nos parezca que está dirigida
desde las cárceles. Y podamos ver, por siempre, menos muertos en sus calles y
avenidas que a todos sus niños jugando, alegres, en sus plazas.
12
Me
gusta, en fin, un país donde no tengas que irte para convocar a la vida sino,
sencillamente, la convoques en cada gesto sencillo y simple como el de
compartir una migaja de pan, un sorbo de agua, un cálido abrazo… O, la
sonoridad de una canción que diga:
- “Te quiero, nos queremos porque,
simplemente, me quiero”.
Texto: Armando Quintero Laplume / Fotografía: Héctor Rodríguez Cacheiro
1 comentario:
Bellísimo, Armando. Ese es el país que queremos y reflejado en tus azules, en tus memorias y en tu mágica palabra, vuelve a sazonar nuestros días. Sí, convocar la vida: esa es la tarea mayor. Abrazos.
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