Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

sábado, 4 de agosto de 2012

Decálogo para narradores orales que se inician




1.-   Cuando estemos frente a un narrador oral digno en su ser y en su hacer, intentemos imitarlo en su dignidad. Cuando estemos  frente a un mal narrador oral, observémoslo con mucha atención para corregir nuestros propios errores.

2.-   Ante un buen cuento a narrar, la pobreza de lenguajes es algo que nos avergonzará. Ante un mal cuento, la riqueza de recursos provocará lo mismo.

3.-    Los cambios en el ser y hacer de cualquier narrador oral que se inicia pueden ser muy lentos, casi imperceptibles; lo importante es que sean.

4.-   El narrador oral se pasará la vida simplificando lo que muchos hombres, a conciencia o no, tratan casi siempre de complicar: las relaciones humanas.

5.-   Estudia siempre el pasado del viejo oficio de narrar cuentos y de todos los oficiantes del mismo si quieres saber cómo será tu futuro.

6.-   El narrador oral digno sabe lo que es verdad en lo que comparte con su público; el mal narrador sabe qué es lo que vende mejor.

7.-   Un cuento no mejora tu condición, ni la de tu mundo, pero puede abrir puertas y ventanas para lograrlo cuando lo compartes y, sobre todo, descubrir que crecerás en esa búsqueda aliándote con quienes desean crecer contigo.

8.-    Cinco son las condiciones para que tú y tu mundo logren ser mejores: constancia, honestidad, generosidad, sinceridad y delicadeza, en tu ser y hacer.

9.-   Al escuchar comentarios perversos, aunque sólo sea por mera curiosidad, no tardarás en convertirte en un hombre perverso.

10.-   La narración oral, como la virtud, no nació para vivir a solas. Todo el que la practica, terminará rodeado de buenos  vecinos. ¡Sólo ejércela de corazón!, luego, nos cuentas.

Texto de Armando Quintero. Fotografía de Héctor Rodríguez Cacheiro.

Un saludo de esperanza




Hermanado contigo, 
que has oído o leído algunos textos
sobre las palabras que se dicen y se escuchan,
te saludo desde esas palabras siempre vivas, 
te celebro y te cuento.
Te aseguro que la vida es “como un trompo”,
que “gira como todo gira, 
y tiene colores como los del cielo”,
para ir más allá de los que intentan negarla.

Que, además, es azul, 
entre tantos colores maravillosos que tiene,
y permite seres como tú y como yo
- a veces alegres, a veces tristes -, 
pero siempre dispuestos a defender
“las cosas sencillas” de Nazoa,
 sonriendo con cada abrazo solidario
porque es, cada vez, menos solitario.

Y, con la posibilidad de sobrevivir a todo sufrimiento 
como para sobreponernos a destellos de muerte,
dispuestos a afirmar que la vida
- ¡oh, la vida! -,
es como cualquier cuento
y el vivirla, por supuesto, el más hermoso de ellos. 

Texto de Armando Quintero. Ilustración: Pintura Bailarina de Joan Miró.
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