Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

lunes, 27 de febrero de 2012

Una presentación amorosa y divertida

Foto de Elizabeth Medina en el saludo de despedida de la presentación .

   Un verdadero homenaje a la amistad y al amor fue la divertida presentación de Narracuentos UCAB y Cuentos de la Vaca Azul ayer domingo 26 de febrero en el Parque Caballito de Altamira.
   Al salir hacia la presentación comenzó a llover, pero sabía que la posibilidad de la presencia de algunos compañeros narradores en el espacio era casi inminente.
   Al llegar la casi lluvia se hizo presente. Varias personas se alejaban del Parque, algunas se lamentaron conmigo porque se iban, mientras otros se guarecían en los espacios posibles.
   Así encontré a Abigail Truchsess, cuya presencia ya me había sido confirmada, a Tiago de Jesús, a Nicole Lorca y a Freddy Gamboa. Estaban acompañados de familiares, algunos amigos y la novia de este último.
   Era un pequeño grupo que estaba dispuesto a quedarse para escuchar los cuentos. Y fue el primer aviso de lo divertida que se anunciaba la presentación de los "Cuentos de amor, humor y otras especies".
   El segundo aviso vino con el aumento de la casi lluvia y al observar que el saloncito del parque estaba abierto. Antonio Villarroel cumplía con su maravillosa actividad de Plastinarte.
   La actividad culmina a la hora que nosotros iniciamos la nuestra. Y, como ha sucedido otras veces, gracias a la solidaria colaboración de Antonio, podíamos realizar la nuestra bajo techo.
   Al entrar para comenzar la actividad, por el comentario de Tiago, se asoma el tercer aviso de lo divertido que estaría la presentación: la presencia de Leopoldo López, Lilian Tintori y la hija de ambos que habían asistido, evidentemente, al Taller de Plastinarte. Y se quedaría a nuestra presentación.
   Hace unos años, siendo Leopoldo López aún alcalde, fui unas tres veces tribunal del "Concurso Un Cuento para Chacao". Al tenernos que retirar a finales del 2002 de los espacios de la Plaza Vicente Emilio Sojo del Teresa Carreño, luego de doce años y por razones ajenas a nuestra voluntad, habíamos quedado sin espacios para que los nuevos narradores se entrenaran con público infantil.
   Al grabar varias escenas de "Túkiti", vimos la posibilidad de solicitar esos espacios, dos domingos al mes, para nuestras presentaciones fuera de los espacios universitarios. Aprovechamos esa oportunidad de la entrega de los premios del concurso y lo conversamos. Luego vinieron las esperas por los arreglos del parque, los cambios con la Alcaldía de Chacao y las otras situaciones de conocimiento público. Pero sería injusto no reconocer que los primeros contactos para nuestra presencia en Parque Caballito se dieron con él.
   Hablando sobre ello comenzamos nuestra actividad.
   Los cuentos fluyeron, poco a poco, con la mayor naturalidad. La lluvia, afuera, arreciaba.
   Con Nicole Lorca iniciamos una especie de mini-contrapunteo con los pequeños poemas de amor de "La alegría de querer" de Jairo Aníbal Niño. Tiago de Jesús jugueteó con los niños y niñas, como siempre lo hace, antes de narrar "El elefante y la hormiga". Continuó Abigail Truchsess con "El mago y la cocinera" del libro "Cuando el mundo era joven todavía" de Jürg Schubiger. Freddy Gamboa narró "La señora, el señor y el globito azul", un cuento de la tradición oral colombiana que trajo de uno de los Festivales de Narración Oral en el que se presentó por esas tierras. Le siguió Nicole Lorca con una historia de amor entre dos estrellas fugases que emocionaron a los presentes. Retornó Freddy Gamboa con otro cuento de tradición oral que parte de uno de los poemas de Jairo Aíbal Niño y que hiciero brotar unas emocionadas exclamaciones a las jóvenes y señoras del público asistente, "Papelitos azules". Retorna Abigail Truchsess con una historia de amor de la corte del Rey Arturo. Un cuento que, por los recursos corporales que viene manejando con cada vez mayor maestría, fue atrapando a los más pequeños, pese a no ser un cuento para sus edades. Culmina Tiago con otro de los poemas muy narrables de "La alegría de querer". Y cerramos, como siempre con los dos textos del libro "Preguntario" de Jairo Aníbal Niño, como lo ilustra la foto que nos tomara una delas personas que nos acompañó en la presentación.
   Fue una tarde que a cada momento cumplió con el títiulo de la presentación realizada. Fue un verdadero homenaje a la amistad y al amor. Tanto que, al salir, hasta las nubes de lluvia se habían alejado. 

jueves, 23 de febrero de 2012

Las moscas de Antonio Machado



Las moscas

Vosotras, las familiares, 
inevitables golosas, 
vosotras, moscas vulgares, 
me evocáis todas las cosas. 


¡Oh, viejas moscas voraces 
como abejas en abril, 
viejas moscas pertinaces 
sobre mi calva infantil! 


¡Moscas del primer hastío 
en el salón familiar, 
las claras tardes de estío 
en que yo empecé a soñar! 


Y en la aborrecida escuela, 
raudas moscas divertidas, 
perseguidas 
por amor de lo que vuela, 
-que todo es volar-, sonoras 
rebotando en los cristales 
en los días otoñales... 


Moscas de todas las horas, 
de infancia y adolescencia, 
de mi juventud dorada; 
de esta segunda inocencia, 
que da en no creer en nada, 
de siempre... Moscas vulgares, 
que de puro familiares 
no tendréis digno cantor: 
yo sé que os habéis posado 
sobre el juguete encantado, 
sobre el librote cerrado, 
sobre la carta de amor, 
sobre los párpados yertos 
de los muertos. 


Inevitables golosas, 
que ni labráis como abejas, 
ni brilláis cual mariposas; 
pequeñitas, revoltosas, 
vosotras, amigas viejas, 
me evocáis todas las cosas.




Antonio Machado (Sevilla, 26 de julio de 1875 – Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939) 
Para escuchar la versión de Joan Manuel Serrat, con música de Alberto Cortez, haz clic en el enlace de abajo:
http://www.youtube.com/watch?v=pgkiukx0VDM

miércoles, 22 de febrero de 2012

Lenguaje gestual de Chávez (parte II) Un estudio del Prof. Germán Flores.


Caricatura de Chávez tomada del blog  Noticias y punto: 

LENGUAJE GESTUAL DE CHÁVEZ (II)

En esta parte (II) de una aproximación al estudio de la Lengua gestual de Chávez, una vez estudiada en la (I) algo de su gestualidad (ritmos corporales), seguiremos ampliando elementos (no remarcados antes, o si se hizo fue muy someramente), de ojos, cabeza, manos, postura y espacio. Pero antes debo acotar dos cosas: a) repito lo que en la Parte (I) había advertido: que el rostro (cara hinchada) de Chávez dificulta la lectura del gesto total del presidente: como los gestos siempre se reflejan en los músculos de los ojos (y cada ojo tiene cuatro rectos, dos oblícuos y un elevador del párpado) la hinchazón, en el caso de Chávez, impide una óptima lectura; y b) adjuntaré en esta parte algunos elementos observados en las subsiguientes cadenas, que servirán para ratificar el “estudio” de la (I) parte porque en cierto sentido continúan el “discurso” emitido en la llamada Memoria y Cuenta; por supuesto que imperfecto también, por la limitación de la hinchazón de la cara, porque, como ya lo dijimos, las expresiones faciales son señales fidedignas de las emociones básicas.
En cuanto al espacio hay que tener en cuenta que siempre, pero más desde el desarrollo de su enfermedad, el espacio de Chávez es el monitor de la TV. Él está encuadrado en ese marco y, fuera de la pantalla que tiene ante sí, no hay nada. De modo que su espacio es a la vez limitado e ilimitado y él escoge el que le conviene; lo malo de eso es que si comete el error de salirse de un espacio y lo agarran desprevenido… pierde estrepitosamente. Le pasó con Andreína Flores, cuando aprovechó su salida de la TV (el marco de los corresponsales extranjeros) y lo desnudó a campo abierto; y el de María Corina, que aprovechó una errada y mal calculada salida de su espacio (con la que pretendía neutralizarla) pero … no contaba con su astucia (de María Corina). En ambos casos trata de regresar a suespacio (el cuadro de la TV) pero al fallar, cae estrepitosamente (todo lo que hace le sale mal, tartamudea, se desencaja), por no estar preparado.

IV. El discurso de Chávez no es casi nunca oratorio (en el sentido de formalidad expresiva) sino conversación, es decir aproximación al interlocutor, porque la confidencialidad es más proclive para el convencimiento. En Chávez (y en la mayoría de los hablantes) siempre los primeros segundos representan una afirmación de una relación preexistente o una negociación. Aló presidente y la mayoría de las cadenas son del tipo de relación preexistente ya que Chávez sólo habla para sus seguidores, nunca para sus “enemigos” ( en todo caso habla"contra" sus enemigos). Eso es lo que en la retórica antigua se llamaba “exordio exabrupto” o entrar in medias res que significa entrar en materia inmediatamente. En los dos últimos años, dentro de lo que he podido estudiar, sólo he registrado tres veces que Chávez comienza con un vocativo formal o semiprotocolar, tipoExmo.Sr…,ciudadanos … Señores, etc. salvo cuando hay representación diplomática.
Sin embargo, hasta en estos casos se desvía y trata de “conversar”; en esto es determinante la proxémica[i] o “espacio personal” de Chávez: a Chávez le gusta la proximidad [irrestricta en su primera etapa (1992-1998-2002), algo controlada después (202-2006) y muy controlada hasta el día de hoy], lo cual se debe a que Chávez pertenece a una cultura de contacto, informal, en la que el principal interlocutor trata de meterse en el espacio de la otra persona. Sobran los ejemplos en el caso de Chávez: a) refiriéndose de una manera más informal a alguien nombrado (con un sobrenombre o una alusión coloquial que hace sonreír o ruborizarse al “mencionado); b) poniéndole la mano en el hombro si está cerca (dos veces lo hizo el año pasado en actos con diplomáticos cubanos); c) y hasta tratando de besar (como ocurrió con la reina Isabel de Inglaterra) contra todo protocolo. Pero ¿qué es “protocolo” para Chávez sino una “liturgia ceremonial” burguesa e imperialista?

En el caso de la Memoria y Cuenta y las cadenas subsiguientes se dan las siguientes particularidades:
Ø En la Memoria y Cuenta comenzó informalmente, saludos, sonrisas, etc. pero lo más significativo fue la “postura” o colocación en el presídium: gesto de disgusto subliminal, y por eso casi imperceptible, al estar a la derecha del anfitrión lo que lo hacía sentirse (y sentarse) segundo.
Ø Por lo anterior, no hizo como otros presidentes (él mismo lo hizo una vez) de decir el discurso, de pie, junto a su puesto protocolar en el presídium, sino que buscó su propio espacio y bajó a la Tribuna de oradores. En ese sitio le daba la espalda a las otras autoridades del Estado (sus pares en esa oportunidad por ser sus legítimos herederos) y estaba al frente (y por encima) de su auditorio. Para esa posición de dominio no contaba el presídium por lo que ya dije (lo tenía a la espalda que es una manera de rebajarlo) ni tampoco la “galería” (diplomáticos, invitados especiales y claque) por considerase un sitio extra-hemiciclo. La proximidad de la que hablamos, se la daba, como lo mencioné más arriba, la televisión: las cámaras le daban la proximidad plena que siempre ha querido y buscado (aunque desde 2006 está controlada y limitada).
Ø ¿Cómo entonces podía convertir Chávez esa aproximación virtual en una aproximación física? Muy fácil: las interpolaciones, repito, menciones directas a oyentes, (partidarios o no), miradas directas, acercaban el auditorio al orador, impedían distracciones, porque las cámaras de TV (extensión del verbo de Chávez, así como la espada o el fusil es la extensión del brazo del guerrero) hacían que todo el auditorio tuviera una actitud de estar metido en la “conversación”; en efecto, la cámara podía “llevarlo” de repente, al centro de la “conversación” y encontrarlo distraído, fastidiado, cansado, etc. elementos todos, que de ser captados, serían “peligrosos” (para sus fieles partidarios), o incómodos (diputados opositores, cuerpo diplomático, invitados).
Ø Ya eso indicaba que lo de Chávez no sería “discurso” en el sentido formal sino “conversación”; la diferencia entre las dos cosas es muy significativa porque un discurso tiene una limitación en el tiempo; en cambio una “conversación” no tiene límites: se puede estar conversando de lo mismo horas (y hasta días): el problema es que conversar supone compartir, hacer partícipe a los otros (o al otro, si es un diálogo o conversación de dos).
Ø Pero es que en el léxico de Chávez “conversar” es “monologar” ya que las intervenciones de los otros son simples ratificaciones (¿te acuerdas fulano de…?, ¿tú estabas conmigo, fulano, no?...), preguntas la mayoría de las veces retóricas (Ministro N…tenemos suficiente como para…¿no? o interpelaciones, tipo regaño, que la mayoría de las veces no permiten respuesta o defensa (el ministro fulano tiene que ver cómo hace para componer eso! , ¡yo no puedo hacer todo!¡eso no puede ser camarada, debe corregirlo! // ¿ qué hacen los tribunales que no meten preso a ese individuo?). Famosos son los ejemplos del regaño al Nuncio del Papa, André Dupoui, el 24 de enero de 2001, en pleno saludo al Cuerpo diplomático y como respuesta al discurso de salutación (¡) de Año Nuevo, del Nuncio y las furiosas apóstrofes al Cardenal Urosa y al Nuncio, sobre todo la dirigida en la Asamblea Nacional el 5 de julio de 2011, en pleno acto protocolario del Bicentenario. 
Ø En cuanto a manos y postura se puede dividir la Memoria y Cuenta de Chávez, siguiendo a Flora Davis, en unidades fonéticas, basadas en los ritmos y esquemas fonéticos de narración, basados a su vez, en el discurso en sí.
Ø Eso lo hice en una sola parte del corpus ,que quedó dividido en cuatro párrafos, diez “subpárrafos” formados por quince locuciones (u oraciones); en realidad estos datos no son pertinentes para este trabajo, pero los menciono porque en el resto del corpus, se veía grosso modo cierta analogía en cuanto a temas y disquisiciones; no pude detectar si el “discursante” lo hacía adrede, pero era de una similitud impresionante.
Ø Con fórmulas de cálculo de posiblidades se podía “predecir” cuándo volvería Chávez a mencionar sus leitmotiv recurrentes (imperio – oposición – neoliberalismo – capitalismo) con más o menos la misma secuencia. ¿Y a qué vienen lo de las manos y la gesticulación total? A que a cada nivel del discurso iba acompañado de los mismos gestos corporales de postura, ojos, posición, etc., pero aunque éstos podían contrastar de un movimiento corporal a otro, el movimiento de las manos fue de una ritmicidad impresionante: durante el primer párrafo gesticulaba únicamente con su mano derecha; durante el segundo con la izquierdo y durante el tercero con las dos pero con mayor énfasis en la izquierda.
Ø Esto último puede explicarse por la zurdez[ii] de Chávez, quien además hacía movimientos amplios de “dentro afuera” , gestos con la muñeca sola, etc. ; gestos todos que implican seguridad y dominio. Por eso el cambio después de la interpelación de María Corina se puede explicar con una sola frase: ¡se desencajó! (o María Corina lo desencajó): perdió el ritmo (dominante) y como tenista que pierde el saque, no se pudo recuperar.

[i] La proxémica, campo de investigación que trata de estudiar cómo un hablante estructura inconscientemente su espacio orelación de proximidad que debe haber entre él y los otros, fue estudiado por primera vez por Edward Hall, profesor de antropología en la Northwestern University, en “Proxemics”, en Current Anthropology, vol. 9, n° 2-3, págs.83-108, 1968.
[ii] Un aspecto interesante en este estudio es que es casi seguro que la zurdez de Chávez no sea “de nacimiento”. En efecto, el hemisferio cerebral derecho, dominante en los zurdos, rige predominantemente las funciones emocionales y creativas, lo que hace que los zurdos “de nacimiento” sean más sensibles e imaginativos y más torpes y menos habladores que los diestros. Como ese no es el caso de Chávez hay que pensar: o que es una excepción o que le fue “cambiada la mano” por algún accidente o circunstancia; para poder saberlo hay que hacer un estudio familiar de su infancia (de tres a cinco años), investigación, por supuesto imposible, en nuestro caso.


Tomado del blog CULTURA Y LENGUA . 

lunes, 20 de febrero de 2012

Lenguaje gestual de Chávez (parte I) Un estudio del Prof. Germán Flores.


Caricatura tomada de El Nuevo Herald.

   A mis alumn@s virtuales: les estoy enviando la 1ª. parte de un trabajo sobre el lenguaje gestual de Chávez. En realidad es un resumen de la primera parte porque es un trabajo más largo (parte del libro la Lengua de Chávez que algún día aparecerá), bastante fastidioso (de hacer y de leer).


   En el estudio de la Lengua de Chávez que vengo haciendo desde hace 12 años, no es menos importante, aunque sea más difícil, la parte referida a su lenguaje no verbal (articulado) o gestual; es bien sabido que la expresión del rostro, la mirada, el manoteo, en una palabra, la gestualidad, es mucho lo que dice, a través de lo que llama Julius Fast el subtexto, esa especie de lenguaje oculto que subraya y refuerza lo hablado (y que a veces hasta expresa lo contrario).
   Lo mejor para conseguir un buen efecto, es oir y ver parte de la exposición oral que se trata de estudiar directamente, alternándolo con sólo ver, sin oir; en el caso de una exposición de Chávez eso supone un enorme sacrificio pues hay que estar dispuesto, para contar con un corpus aceptable, a por lo menos seis horas decalentamiento de culo, como dirían los españoles; digo seis horas promedio, pero nunca como el record del viernes 13 de enero de 2012: casi 10 (diez!) horas decalentamiento…aunque con ciertas ventajas (como sacar un tiempito para estirar las piernas, ir al baño, picar y beber algo, etc.) pero por supuesto nada comparado con lo que tuvieron que sufrir las solemnes señoras y señores que se lo tuvieron que calar en vivo sin ninguna de las posibilidades anteriores.

   I.- Para comenzar debo hacer notar que
  a. aunque yo creía que por su condición de convaleciente hablaría sentado, tipo aló presidente, habló parado;
    b. disimuló bastante bien el cansancio de una larga (para él) caminata, para la que había sido “preparado”; caminata[1] que formaba parte de la presentación; hubo sólo dos pequeños tropiezos en la caminata (el segundo rápidamente disimulado por las cámaras de TV, que por cierto estuvieron muy bien asesoradas para detectar sólo elementos positivos en las tomas, tanto del presidente como de la audiencia, de modo que sólo se vieron, en el corpus, tres elementos negativos (hastío, cansancio o disgusto) de personas de la audiencia obligada.
   c. En relación a la audiencia: toda, absolutamente toda, era obligada: unos por deber (diplomáticos, miembros del Clero, diputados opositores, etc.; otros por exigencia partidista (diputados oficialistas y claque (interna porque la externa empezó a desaparecer paulatinamente hasta tal punto que a las 3.15pm había notorios claros en la audiencia externa); y por último los Obligados obligados [todos deudores (le deben algo al presidente y tienen que pagárselo) y/o acreedores (le prestaron algo al presidente y piensan cobrárselo): Miembros de los demás poderes, todos controlados por el presidente; Ministros, Presidentes o Directores de entes oficiales; militares de alto rango, empresarios, etc.

   II.- Chávez es capaz de controlar su rostro y lo utiliza para trasmitir mensajes; esto último lo hacemos todos pero en el caso de Chávez se refleja su carácter, porque las expresiones habituales dejan huellas. Como lo registra Paul Ekman en Emotion in the Human Face (New York, Pergamon 1971) los músculos de la cara son tan versátiles que, en teoría, una persona podría mostrar más de mil expresiones en sólo dos horas. 
   Pero como son pocas las que expresan un sentido real e inequívoco, y por imperativo del grupo social se ven en pocas oportunidades en toda su intensidad (en el baño, en la cocina, en el dormitorio…), hay que estar muy atento porque en público pocas veces se verá p.ej. un rugido de furia o una expresión exagerada enseñando los dientes; por eso hay que leer el sustituto de esas expresiones intensas en público: el entrecejo levemente fruncido y la boca tensa. En Chávez sólo lo pude notar tres veces: una en el momento en que lo hacía pero no pude ver la parte anterior donde estaría la causa; otra en la parte de María Corina: demasiado evidente a pesar de las tomas fugaces de la cámara (que trataban de evitar mostrar la cara y sólo lo hicieron cuando creyeron que Chávez “se la estaba comiendo” con lo de “aquila non capit muscas” y su mención al no ranking de María Corina para debatir con él); la tercera no la puedo decir hasta no analizarlo mejor porque estoy confundido en la lectura de la cara. Por cierto que a Chávez le salió el tiro por la culata, ya que catapultó a María Corina como nunca lo hubiera pensado. El “por ahora” de Chávez del 4/feb/92 que llevó finalmente a Chávez al poder, se quedó chiquito con los minutos que tuvo María Corina para “desnudar” a Chávez, que debe estar lamentando lo sucedido (y mentándosela constantemente).

   Marshal McLuhan a su vez, dijo “…la televisión no reflejará un rostro. Tiene que haber una máscara”. Rostro en este contexto es “expresión que proyecta la personalidad” y máscara en cambio es una expresión que aunque revela muy poco sobre la persona y que, en el caso de Chávez, trata de que la gente (su gente) se vea reflejada a sí misma en la máscara que él tiene. El problema para mí es que la anormal hinchazón de la cara de Chávez dificulta mucho la lectura (de su cara) porque los músculos, aunque tensos, se pueden disimular en el volumen, por lo que en esta parte (del “rostro”) casi tuve que limitarme a los músculos de la boca y alrictus-risa-sonrisa que sí señalaban cosas muy interesantes.

   III.- La mentira, (consustancial con Chávez aunque para él es “su” verdad) se puede descubrir examinando las emociones que se reflejan en expresiones o gestos, de modo que puede fungir como “detector de mentiras”. Por la limitación de la “máscara” hinchada de Chávez me voy a referir a su sonrisa, aunque la sonrisa engaña fácilmente a quien no esté prevenido, ya que la mayoría de las personas sonríen con la misma frecuencia cuando mienten que cuando dicen la verdad.
   De las sonrisas enumeradas por Ekman (Ekman, Paul: Cómo detectar mentiras-Paidós) hay dieciocho no engañosas; en ellas sólo intervienen los músculos inferiores de la cara acompañados por el estiramiento de los músculos que rodean el ojo. El problema en el caso de Chávez vuelve a ser su “máscara” hinchada que dificulta leer la risa de los ojos: para no equivocarse habría que detener la imagen y tratar de observar detenidamente cada fotograma, lo cual lleva tiempo. Sin embargo la mayoría de las sonrisas de Chávez que hay en el corpus se ven falsas porque Chávez tiende a apretar los labios, endurecer las comisuras y alzar el labio inferior características todas, de la falsa sonrisa.
Además la sonrisa falsa es asimétrica, como el rictus y nunca la acompañan los músculos de los ojos; a esto se añade que las sonrisas falsas nunca tienen un ritmo armónico: o finalizan abruptamente o decrecen por etapas.
   Una cosa interesante que observé en las sonrisas de Chávez es que tuvo (en el corpus) dos sinceras pero que trasmitían miedo. En la sonrisa de temor, los labios se estiran para formar un rectángulo; esos músculos, que desplazan horizontalmente a los labios durante el miedo, elevan las comisuras de los labios en una risa de burla (lo que llamamos mueca); en este tipo de sonrisa, las cejas se alzan y se unen y los ojos se agrandan. Esa risa [idéntica a la que le hizo a Andreina (Flores) cuando ella le preguntó que porqué la oposición tuvo más votos en las elecciones parlamentarias de septiembre y sin embargo sacó menos diputados], se ve claramente también en la intervención de María Corina (y posterior respuesta de Chávez): Las cámaras trataron de obviar eso pero no pudieron disimularlo.

   III.- En este análisis es necesario tomar en cuenta los ritmos corporales del emisor y de los receptores, presentes y virtuales. El cuerpo se mueve, aunque en pequeña escala, al ritmo del discurso. Cuando una persona habla todos sus movimientos de manos, dedos, cabeceos, parpadeos, etc. se mueven a ese compás; el problema es que en el caso de Chávez, como es el caso de personas enfermas, la enfermedad y el cansancio producto de un tratamiento y un gran esfuerzo, puede alterar la sincronía y producir un desfase que no necesariamente puede indicar algo que nos dé una lectura inequívoca del lenguaje gestual. Sin embargo nos puede ayudar, poco pero suficientemente claro, lo que podríamos llamar sincronía interaccional de emisor-receptores, ya que el que escucha también se mueve al compás de quien habla.
Esta sincronía es sutil y sólo se puede estudiar bien en películas o grabaciones, porque en el momento en que se produce (es decir en vivo y caliente) si uno –el observador- quiere fijarse, lo más probable es que no pueda atender al discurso, con lo cual pierde su trabajo; pero en nuestro caso se podía ver en elcorpus respuestas interesantes en los fugaces pases de la cámara por el auditorio. Entonces se veía, en la parte que se pudo ver de la parte opositora, reacciones en contra, hastío o fastidio no importaba de qué estaba hablando Chávez; en el único pedacito de la muestra que pude ver de diplomáticos, vi, desde caras que expresaban ¡no lo puedo creer!, hasta “el mismo cuento”, unido a risas ”diplomáticas” …y miedosas de que viniera un exabrupto como el que hubo contra el nuncio André Dupouy, hace 10 años, o contra el actual Nuncio el 5 de julio del año pasado. Sin embargo, no se pudo salvar la embajadora argentina, que no supo un dato técnico del campo argentino, que Chávez quiso sacarle y para remate tuvo Chávez) la suficiente torpeza de anunciar la venida de otro embajador de Argentina que sí tenía que saber eso “porque había sido ministro de Agricultura” (o algo así) de la República Argentina.
   Pero por regla general el paneo en el hemiciclo hacia los partidarios del presidente, demostró una sumisión total y servil; evidente e inocultable en la cara de ministros, magistradas, fiscalas, defensoras de la plebe, generales “en jefe”, etc. hasta políticos de alta figuración en el pasado (J.V:Rangel) todos a la expectativa de acontecimientos que puedan hacer cambiar su estatus actual. Todos oían al presidente, pero nadie lo escuchaba: no hacía falta por la sencilla razón de que la única palabra de comentario sería en todo caso “amén”.
   En el caso de Chávez vi muchas veces (8) gestos divorciados de las palabras, (5) agresivos al señalar , (3) enfatizar y cortar el aire. Una vez se le vio contrariado por no encontrar enseguida el dato buscado y la contrariedad fue evidente porque en un alo presidente le podía echar la culpa a algún asistente o ministro… pero aquí no lo pudo hacer y eso le causó una inocultable “silla roja” en inglés (a red chair). Y es que la característica de la sincronización de Chávez es que los demás deben sincronizarse a él, nunca viceversa, ni siquiera cuando habla con un superior (que será Dios, si acaso), porque en la Tierra nadie es superior a él. 


   [1] Caminata es “viaje corto y divertido” o, en el caso de Chávez: “recorrido largo y fatigoso” y se puede clasificar en:a) normal;b) militar; c) marcial; d) presidencial; e) real; f) sacra; y g) procesión; puede haber combinaciones, p.ej.: b+c+d que Chávez trata de hacer cada vez que puede; f+g. usada por el Papa, los Obispos,etc. El presidentes Obama siempre usa, en público, el /d/ que supone una normalidad rápida y firme, con algún pequeño salto que supone firmeza, rapidez y estabilidad; igual lo hacía el presidente G.W. Bush (pongo estos ejemplos del imperio, por ser muy expuestos en medios de comunicación). 



Tomado del blog CULTURA Y LENGUA . 
Para visitarlo, haga clic en el enlace: 

viernes, 17 de febrero de 2012

Dos textos para conversar con los futuros narradores orales de cuentos


Primer texto:  "LIBERTAD: LA FLOR DE LA VIDA"



Ilustración: Cali Rivera / Costa Rica / Aires de Libertadwww.calirivera.com/index.php?page=shop.produc...
HASTA AHORA NO HA HABIDO ESPACIO PARA LA LIBERTAD

El ansia o aspiración de libertad nace el día en el cual un hombre se sintió aprisionado, golpeado, negado, sometido. Había llegado el reino de unos pocos y el padecimiento de muchos. Desde entonces es la lucha por adquirir lo que se convirtió en parcela-propiedad de los privilegiados. Y en muchos momentos se ha dicho que, al fin, se alcanzó la libertad. Porque los propietarios tuvieron la suficiente habilidad para hacer de la libertad una mercancía de precio inalcanzable.

De modo que para ‘los de abajo’ lograr aquel estadio se convirtió en un deseo-consigna de todas sus luchas. Pero es inevitable partir de una concreción histórica: en esta sociedad de dueños y servidores, no tiene espacio la libertad sino los acuerdos mediante los cuales, los primeros permiten a los segundos vivir de acuerdo con las normas que ellos establecen.

La pelea se constriñe entonces a alcanzar este objetivo: el respeto a los acuerdos relacionados con La libertad que se le permite a cada clase o a cada integrante de la sociedad.

Y situados en la práctica se entenderá cabalmente que la libertad otorgada, prestada, concedida o derivada está llena de limitaciones.

En lo material no llega a permitir la creación de situaciones en las cuales pueda satisfacerse plenamente las necesidades primarias del hombre.

En lo subjetivo-espiritual no hay libertad para sentir, para expresar lo que se quiere, las opiniones, las aspiraciones. Todo está limitado al pensamiento, postulados, intereses y filosofía de los dueños.

ESCRIBIR CON ELUARD LA PALABRA LIBERTAD

Por ello en esta sociedad, como lo recuerda Paul Eluard, todos hemos escrito alguna vez, en nuestros cuadernos escolares, en nuestros libros de notas, en el envés de una hoja de acacias, o en la vastedad de la arena, la palabra libertad. Y lo hacemos porque sabemos lo que significa y porque carecemos de ella, en la limitada condición de nuestra existencia.

Y por esto, la escasa libertad que se nos confiere la hemos visto en términos personales. Y hemos luchado por ella cuando algún extraño o cercano nos quiere poner fronteras o le pone frenos a nuestras ansias permitidas. Y entonces hasta nos vestimos de rebeldes y somos capaces de gestos heroicos.

La falta de libertad que padecemos la admitimos como parte de las reglas de una sociedad injusta, desigual y violenta.

Recibimos un salario, una ganancia o una prebenda por la firma de un contrato que nos quita la libertad de pensar y de ser, para convertirnos en los escribanos o productores de ideas y acciones que otros establecieron como vigentes.

Los dueños pretenden llevar toda rebeldía al control de un precio establecido en una cuenta bancaria o una tarifa periódica.

LA FALTA DE LIBERTAD NOS CONMUEVE PERO NO NOS ATAÑE

Cuando nos enteramos de que en algún lugar distante la falta de libertad es capaz de matar a mucha gente de hambre, de guerra, de luchas fratricidas, de maltratos, pensamos que es un problema que hay que resolver, y que existen entes encargados de hacerlo. Nos conmueve pero no nos atañe. Hasta que nos toca!

Aquí junto a nosotros, convive toda la negación de la libertad que podamos imaginar. En el niño que no tiene derecho a crecer. En el que delinque porque sus opciones de libertad estaban cercadas por maltratos. En el que es detenido y enviado al depósito de desechos humanos.

En el que sólo tiene la opción del hambre, la desolación y la miseria. En el que, teniendo resuelta la sobrevivencia, ha debido hipotecar la poca libertad de que disponía, para intentar una vida que no garantiza el vivir.

En el que queda atrapado por las gigantescas redes del consumo, la compra y venta de libertades al detal y al mayor, para satisfacer la ganancia de capitales o la avaricia del poder.

LA LIBERTAD HA SIDO SUSTITUIDA POR EL EJERCICIO ILIMITADO DE LA VIOLENCIA

En el que vende sus carencias al falsificador de sueños que nunca se realizan. En el que le han sustituido toda libertad por el ejercicio ilimitado de la violencia.

¿Hasta dónde alcanza el contrato de libertad? A veces no tenemos siquiera la libertad de pensar en ser libres. Hemos dejado de mirar el vuelo libre de las aves en el cielo, regido por las leyes de sus migraciones y su procreación.

Hemos subvertido la libertad del pez que cumple ciclos trastocados por las redes que los atrapan. Hemos asesinado la libertad de los bosques para darnos oxígeno, y la belleza de las flores para darnos su aroma.

HEMOS ENCERRADO LA VIDA EN LAS FRONTERAS DE UNA LIBERTAD FICTICIA

Hemos extinguido la libertad del agua de correr por sus cauces, la de los canales subterráneos de la tierra para nutrir sus solares internos. Hemos encerrado la vida en las celdas de un zoológico particular en el cual el hombre es el actor de una tragedia que no le es dada la libertad de aprehender.

Y nos perdemos en los engranajes de una libertad ficticia que otros crean para atrapar nuestro asombro, nuestra utopía, nuestro sueño de alcanzar algún día un territorio para la libertad colectiva.

Hasta las palabras ejercen su poder conminatorio y nos restringen el habla, el discurso, el contenido de lo que quisiéramos ser, y nos lo sustituyen por coberturas sonoras de libertades desconocidas.

Y SIN EMBARGO RECLAMAMOS LO INÉDITO

Y sin embargo, en el interior de nuestro diminuto tiempo, algo reclama lo inédito, lo que tiene resonancias de acordes musicales, lo que devuelve la risa a la sal de la tierra, a la libertad que reside en la pupila de los niños que tejieron sus primeros alborozos en el regazo amoroso de la madre.

Y decimos como Pío Tamayo, que la libertad está hecha de alturas, que el eco de su voz es de acero azul, y que hay que salir a buscarla, donde quiera que esté, que hay ir a construirla, en cada espacio, que hay que rescatar lo que quede de ella, para armar con sus pedazos rotos, una vida que valga la pena vivir.

De no hacerlo, de quedarnos detenidos en las trampas que otros configuran para establecer una libertad ficticia, que se levanta sobre la celebración de las miserias y la exaltación de las mayores perversiones, nos convertiremos en cómplices de la muerte que avanza impaciente sobre los devastados campos de la vida posible.

ES HOY AHORA Y AQUI

Es hoy, no es mañana, ni después. Es ahora y aquí, en este congestionado, convulso, terrible momento de la historia que aún no conoce de libertad.

Y no se trata de elegir entre las limitadas libertades que otorga el capital de los otros, ni las menguadas libertades que predican las revoluciones que no han sido, sino de imaginar la libertad del hombre, sobre una tierra libre, cada uno en el desarrollo y crecimiento de su fuerza potencial, cada cual hermanado con el otro, en la tarea de rescatar la alegría colectiva del hombre, esa pequeñísima entidad de la vida que no se reconocerá a sí misma hasta que se integre a la alegría del otro.

CONSTRUIR UN PORVENIR A LA MEDIDA DE LA GIGANTE TERNURA DEL HOMBRE

Para un tiempo de convivir y compartir, de repartir y construir, de elegir entre escudriñar las profundidades de las aguas, o la vastedad de los paisajes estelares, entre el maíz o el trigo, entre las confituras de merey o los manjares de guayaba. Entre el estruendo de la risa o la explosión mayor de los violines. Entre excavar o ascender. Para entre todos construir un porvenir a la medida de la preterida ternura gigante del hombre.

Ojalá y así sea, más allá de conjuros y amenazas, de sobornos y chantajes, de mentiras y trampas, de la muerte que no cesa, del golpe que no se detiene, del dolor que crece, con Vallejo, una hora por minuto, de la ausencia que nos maltrata, de lo violentados que somos y los violentadores en que nos hemos convertido.

UN LUGAR PARA LA MESA SERVIDA DEL HOMBRE CON LA FLOR DE LA VIDA

Ojalá y encontremos un lugar para la mesa del hombre, sin puestos designados de antemano, sin exilados ni excluidos, sin desertores ni condenados, sin flagrancia ni complicidades, sin odios ni cesantías, sin olvidos ni cobros. Sólo con la flor de la vida!

Texto: mery sananes
07 de junio del 2007

Segundo Texto: Los cuentos vagabundos

Tradicional narradora de cuentos portuguesa. Imagen tomada de la web.



Pocas cosas existen tan cargadas de magia como las palabras de un cuento. Ese cuento breve, lleno de sugerencias, dueño de un extraño poder que arrebata y pone alas hacia mundos donde no existen ni el suelo ni el cielo. Los cuentos representan uno de los aspectos más inolvidables e intensos de la primera infancia. Todos los niños del mundo han escuchado cuentos. Ese cuento que no debe escribirse y lleva de voz en voz paisajes y figuras, movidos más por la imaginación del oyente que por la palabra del narrador.He llegado a creer que solamente existen media docena de cuentos. Pero los cuentos son viajeros impenitentes. Las alas de los cuentos van más allá y más rápido de lo que lógicamente pueda creerse. Son los pueblos, las aldeas, los que reciben a los cuentos. Por la noche, suavemente, y en invierno. Son como el viento que se filtra, gimiendo, por las rendijas de las puertas. Que se cuela, hasta los huesos, con un estremecimiento sutil y hondo. Hay, incluso, ciertos cuentos que casi obligan a abrigarse más, a arrebujarse junto al fuego, con las manos escondidas y los ojos cerrados.
Los pueblos, digo, los reciben de noche. Desde hace miles de años que llegan a través de las montañas, y duermen en las casas, en los rincones del granero, en el fuego. De paso, como peregrinos. Por eso son los viejos, desvelados y nostálgicos, quienes los cuentan.
Los cuentos son renegados, vagabundos, con algo de la inconsciencia y crueldad infantil, con algo de su misterio. Hacen llorar o reír, se olvidan de donde nacieron, se adaptan a los trajes y a las costumbres de allí donde los reciben. Sí, realmente, no hay más de media docena de cuentos. Pero ¡cuántos hijos van dejándose por el camino!
Mi abuela me contaba, cuando yo era pequeña, la historia de la Niña de Nieve. Esta niña de nieve, en sus labios, quedaba irremisiblemente emplazada en aquel paisaje de nuestras montañas, en una alta sierra de la vieja Castilla. Los campesinos del cuento eran para mí una pareja de labradores de tez oscura y áspera, de lacónicas palabras y mirada perdida, como yo los había visto en nuestra tierra. Un día el campesino de este cuento vio nevar. Yo veía entonces, con sus ojos, un invierno serrano, con esqueletos negros de árboles cubiertos de humedad, con centelleo de estrellas. Veía largos caminos, montañas arriba, y aquel cielo gris, con sus largas nubes, que tenían un relieve de piedras. El hombre del cuento, que vio nevar, estaba muy triste porque no tenía hijos. Salió a la nieve, y, con ella, hizo una niña. Su mujer le miraba desde la ventana. Mi abuela explicaba: «No le salieron muy bien los pies. Entró en la casa y su mujer le trajo una sartén. Así, los moldearon lo mejor que pudieron.» La imagen no puede ser más confusa. Sin embargo, para mí, en aquel tiempo, nada había más natural. Yo veía perfectamente a la mujer, que traía una sartén negra como el hollín. Sobre ella la nieve de la niña resaltaba blanca, viva. Y yo seguía viendo, claramente, cómo el viejo campesino moldeaba los pequeños pies. «La niña empezó entonces a hablar», continuaba mi abuela. Aquí se obraba el milagro del cuento. Su magia inundaba el corazón con una lluvia dulce, punzante. Y empezaba a temblar un mundo nuevo e inquieto. Era también tan natural que la niña de nieve empezase a hablar... En labios de mi abuela, dentro del cuento y del paisaje, no podía ser de otro modo. Mi abuela decía, luego, que la niña de nieve creció hasta los siete años. Pero llegó la noche de San Juan. En el cuento, la noche de San Juan tiene un olor, una temperatura y una luz que no existen en la realidad. La noche de San Juan es una noche exclusivamente para los cuentos. En el que ahora me ocupa también hubo hogueras, como es de rigor. Y mi abuela me decía: «Todos los niños saltaban por encima del fuego, pero la niña de nieve tenía miedo. Al fin, tanto se burlaron de ella, que se decidió. Y entonces, ¿sabes qué es lo que le pasó a la niña de nieve?» Sí, yo lo imaginaba bien. La veía volverse blanda, hasta derretirse. Desaparecería para siempre. «¿Y no apagaba el fuego?», preguntaba yo, con un vago deseo. ¡Ah!, pero eso mi abuela no lo sabía. Sólo sabía que los ancianos campesinos lloraron mucho la pérdida de su pequeña niña.
No hace mucho tiempo me enteré de que el cuento de la Niña de Nieve, que mi abuela recogiera de labios de la suya, era en realidad una antigua leyenda ucraniana. Pero ¡qué diferente, en labios de mi abuela, a como la leí! La niña de nieve atravesó montañas y ríos, calzó altas botas de fieltro, zuecos, fue descalza o con abarcas, vistió falda roja o blanca, fue rubia o de cabello negro, se adornó con monedas de oro o botones de cobre, y llegó a mí, siendo niña, con justillo negro y rodetes de trenza arrollados a los lados de la cabeza. La niña de nieve se iría luego, digo yo, como esos pájaros que buscan eternamente, en los cuentos, los fabulosos países donde brilla siempre el sol. Y allí, en vez de fundirse y desaparecer, seguirá viva y helada, con otro vestido, otra lengua, convirtiéndose en agua todos los días sobre ese fuego que, bien sea en un bosque, bien en un hogar cualquiera, está encendiéndose todos los días para ella. El cuento de la niña de nieve, como el cuento del hermano bueno y el hermano malo, como el del avaro y el del tercer hijo tonto, como el de la madrastra y el hada buena, viajará todos los días y a través de todas las tierras. Allí a la aldea donde no se conocía el tren, el cuento caminando.
El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los santos. Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en la taberna y toca la bandurria. Se esconde en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va, pero deja sus huellas. Y aun las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante.
El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre, robando una nostalgia, con su viejo corazón de vagabundo.


Texto de Ana María Matute tomado de Ciudad Seva, hogar electrónico del escritor Luis López Nieves.