Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

sábado, 25 de junio de 2011

Nuestras nuevas presentaciones y actividades



Este domingo, en el Parque Caballito de Altamira
Séptima Avenida con Séptima Transversal, diagonal al Colegio Cristo Rey.
Como todos los segundos y cuartos domingos de cada mes, a las 4.30 pm

Para este 26 de junio está programada una presentación de "Cuentos de animales".  
De los normales, si es que existen. Y también de aquellos animales maravillosos y no tantos. Divertidas, tiernas y alocadas historias para niños, jóvenes y adultos. 

Participarán los narradores orales: Tiago de Jesús García, Ludwig Caballero, Natalia Peralta, Zulay Pérez, David Venegas, Abigail Truchsess y Armando Quintero. Como, también, algún narrador amigo que se asome por allí.

Asistan con sus familiares y amigos. Tendremos un encuentro familiar con cuentos, leyendas e historias divertidas donde el humor, la ternura y el asombro harán de las suyas en nuestros corazones. Los esperamos.

Aclaratoria: La ilustración la hemos tomado de Rotraut Susanne Berner, ilustradora, entre otros libros de "Cuando el mundo era joven todavía" de Jürg Schubiger, al cual pertenecen algunas de las historias a narrar. 

Invitan: Narracuentos UCAB con Cuentos de la Vaca Azul y sus narradores amigos.


En nuestros otros espacios habituales

En la Universidad Católica Andrés Bello 

Narracuentos UCAB en su espacio de La Plaza del Estudiante: Todos los lunes a las 5 pm y los viernes a las 12 m. Abrimos y cerramos las semanas narrando cuentos.

Continúan, también, los dos talleres que se abrieron desde el IX Encuentro con la Palabra que se Dice y nuestros ensayos con los nuevos integrantes del grupo.

Desde el inicio de las actividades en octubre comenzamos con nuestras "Interrupciones Mágicas" 
y se anunciaron los talleres y presentaciones que se realizan en coordinación con la Dirección de Cultura. 


Con rotundo éxito se está apoyando la labor de muchos docentes.  Así, entre otras, hemos conversado con los alumnos de la cátedra de Práctica Profesional, Tercer año de Educación, Menciones Biología y Química, Física y Matemáticas y Ciencias Sociales. El tema tratado fue cómo mantener el dominio del grupo para que se produzca el aprendizaje. En consecuencia: motivación, estrategias  didácticas y tono de voz que el docente debe tener presente cuando da una clase. Y en otras cátedras hemos narrado cuentos y conversado sobre el oficio.


Y nos hemos presentado en eventos especiales como el organizado por el Servicio Jesuita de Refugiados (SJR) para el Día internacional del Refugiado, el 18 de junio. Y en las actividades de las Escuela de Ingeniería y la Escuela de Administración y Contaduría, entre otras.

¡Y, además, el 21 de junio nos unimos a la actividad "Historias para cambiar al mundo" convocada por la Red Internacional de Cuentacuentos que se realizó en treinta países!

En otros espacios donde narramos
Comenzamos a programar todas nuestras nuevas actividades para el próximo año universitario. Ya  realizamos varias actividades que analizaremos en unas notas y publicaremos a la brevedad posible. Entre ellas, presentaciones para gerentes y ejecutivos, presentaciones en eventos en el Auditorio de Biblioteca y el Aula Magna de nuestra Universidad, presentaciones en colegios. Y hasta un 

reciente  Encuentro con las palabras que se dicen en la Universidad Simón Bolívar. Donde participamos con amigos de la agrupación y una docente y narradora de esa casa de estudios. Una actividad programada por la Direcciones de Cultura de ambas Universidades.

Recuerden que siempre nos presentamos en:

Colegios públicos y privados

Instituciones privadas

Otras universidades e institutos universitarios

Y en fiestas y festejos

Previo acuerdo de las condiciones de situaciones, espacios, si el público que asistirá será de niños, de jóvenes y/o de adultos. Y de las temáticas a abordar entre otras.

miércoles, 22 de junio de 2011

Narracuentos UCAB, Cuentos de la Vaca Azul y sus amigos se unieron a la convocatoria de la Red Internacional de Cuentacuentos

De derecha a izquierda: Tiago de Jesús García, Verónica Burelli, Ludwig Caballero, Zulay Pérez, David Venegas, Abigail Truchsess y Armando Quintero saludan al numeroso público asistente al finalizar la actividad realizada en la Plaza del Estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela, el martes 21 de junio del 2011.


En los rostros de los narradores se reflejan los logros de una exitosa presentación. Un público ávido de cuentos agradeció permanentemente a los narradores y multiplicó sus aplausos al cierre de la actividad. Estamos elaborando un pequeño video con las fotos que se tomaron. Apliaremos la información de esta breve nota con comentarios y observaciones.


Respuesta de la Red Internacional Cuentacuentos



Querido Armando:

Nos alegramos mucho de que todo saliera tan estupendamente. Se les ve muy bien en la foto. Ya hemos colgado la información en “Historias para cambiar el mundo”.
Te agradecemos todo el apoyo, participación y difusión en esta iniciativa.  Te comento que ha habido algo más de 250 narradores participando de 30 países. Y todavía siguen llegando emails. Estamos desbordados. La alta participación nos ha sorprendido mucho. Han salido noticias en varios periódicos y blogs. Ya te enviaremos los enlaces.
Felicidades.

Un saludo,
Enrique Páez y Beatriz Montero

http://historiasparacambiarelmundo.blogspot.com/2011/06/venezuela-todo-un-exito-la-actividad-de.html?spref=fb

domingo, 12 de junio de 2011

Nuestras próximas presentaciones y actividades

La presentación comienza y es el momento que  el narrador y los niños observan el arribo de los cuentos.
Hoy en el Parque Caballito de Altamira

Todos los segundos y cuartos domingos a las 4.30 pm

Para este domingo 12 de junio está programada una presentación de "Cuentos de brujas y otros seres maravillosos". Narrarán Abigail Truchsses, Luwing Caballero, Natalia Peralta, Tiago de Jesús y Armando Quintero. Y se presentarán, por primera vez en este espacio, dos nuevos integrantes de la agrupación de la UCAB que vienen avanzando en los talleres para nuevos narradores:Zulay y David.  Asistan con sus familiares y amigos. Tendremos un encuentro familiar con cuentos, leyendas e historias divertidas donde el humor, la ternura y el asombro harán de las suyas en nuestros corazones. Los esperamos.

Invitan: Narracuentos UCAB con Cuentos de la Vaca Azul y sus narradores amigos.


En nuestros otros espacios habituales

En la Universidad Católica Andrés Bello 

Narracuentos UCAB en su espacio de La Plaza del Estudiante: Todos los lunes a las 5 pm y los viernes a las 12 m. Abrimos y cerramos las semanas narrando cuentos.

Continúan, también, los dos talleres que se abrieron desde el IX Encuentro con la Palabra que se Dice y nuestros ensayos con los nuevos integrantes del grupo.

Desde el inicio de las actividades en octubre comenzamos con nuestras "Interrupciones Mágicas" y se anunciaron los talleres y presentaciones que se realizan en coordinación con la Dirección de Cultura. Con rotundo éxito se está apoyando la labor de muchos docentes.


En otros espacios donde narramos

Comenzamos a programar todas nuestras nuevas actividades para el próximo año universitario. Ya  realizamos varias actividades que analizaremos en unas notas y publicaremos a la brevedad posible. Entre ellas, presentaciones para gerentes y ejecutivos, presentaciones en eventos en el Auditorio de Biblioteca y el Aula Magna de nuestra Universidad, presentaciones en colegios. Y hasta un 
reciente  Encuentro con las palabras que se dicen en la Universidad Simón Bolívar. Donde participamos con amigos de la agrupación y una docente y narradora de esa casa de estudios. Una actividad programada por la Direcciones de Cultura de ambas Universidades.


Recuerden que siempre nos presentamos en:


Colegios públicos y privados

Instituciones privadas

Otras universidades e institutos universitarios

Y en fiestas y festejos

Previo acuerdo de las condiciones de situaciones, espacios, si el público que asistirá será de niños, de jóvenes y/o de adultos. Y de las temáticas a abordar entre otras.

viernes, 10 de junio de 2011

Oralidad y literatura

Vista del Río Olimar, Treinta y Tres, Uruguay. Foto de Martha Machado Martínez.

            Precisa como figura retórica, hermoso como signo estético, así recuerdo el pasaje de “2001. Odisea del espacio”- la maravillosa película de Stanley Kubrick- donde un antropoide, después de recoger una mandíbula del suelo, golpea con ella el cráneo de un enemigo que cae abatido. Lo golpea con ese objeto recién descubierto como arma que, en uno de esos golpes, es lanzado hacia arriba y vuela alto, alto, alto sobre un cielo intensamente azul, hasta convertirse en una nave del espacio.
            Del alba de la humanidad se pasa, en ese vuelo, al espacio: de una era a otra, sobrevolando la de en medio. Hermoso encuentro en lo retórico y en lo estético, no en lo cultural. En un sentido estricto el salto a lo humano propuesto sigue siendo, básicamente, el que durante mucho tiempo los teóricos de la cultura pensaban: los utensilios, las herramientas, establecen la línea de demarcación entre la cultura y la naturaleza, entre lo instintivo y lo aprendido, entre la herencia biológica y la tradición externa que convierte al ser humano en miembro de una determinada comunidad. ¿Derivado inmediato de un pragmatismo trasnochado? ¿Necesaria concepción del mercantilismo para justificar su propio desarrollo, sus ataduras? Interrogantes que, quizás, algunos teóricos ni las pensaron. Ni tienen por qué ser ciertas. Y, en Kubrick, ni lo dudo, no eran su idea. Para confirmarlo, véase cualquiera de sus otras películas.
            Hoy por hoy se ha cambiado de opinión: es el lenguaje articulado el umbral de la humanidad. Con el lenguaje se produce realmente el salto, el vuelo. La lengua, por diferentes motivos, se nos manifiesta como el hecho cultural por excelencia: es parte de la cultura, es el instrumento esencial por el cual la asimilamos, es la manifestación que le sirve de fundamento: es el sistema que traduce todos los demás sistemas, como lo comprobamos en el magnífico viaje al que nos invita Sebastián Serrano cuando leemos su libro Signos, lengua y cultura.
            Y lo es aún, quizás, más ahora en el mundo de la cibernética- (no nos olvidemos que en “2001. Odisea del espacio” lo primero que se oye, realizado el salto, además de “El Danubio Azul”, uno de los temas musicales de la película, es la voz de la computadora protagonista)- en este mudo de la oralidad secundaria, y de estos cambios en los sistemas de comunicación  que, aún dependen de la escritura para desarrollarse, como bien lo establece Ong, quien sintetiza el trabajo de varios estudiosos y desarrolla ideas propias para concretar un enfoque enriquecedor, al margen de la actitud asumida, aún hasta ahora, por muchos teóricos de la cultura para quienes el término oralidad constituye una paradoja descartable o, cuando más, han escrito fugazmente sobre él, haciéndolo en relación a los estadios “primitivos” del lenguaje, tomando justamente como lenguaje la literatura. He aquí un problema.
            “¡Con los tres ojos bien abiertos!”- como nos decía el abuelo, cuando deseaba despertar nuestra atención sobre lo que iba a decirnos: tengamos en cuenta algunas observaciones a partir de lo que hemos venido señalando hasta ahora, antes de proseguir. La primera: la literatura es, y no dejará de ser, lenguaje; pero el lenguaje no es necesariamente literatura, ni siquiera, sólo escritura. La segunda: el término oralidad, con sus variantes, ha comenzado a aparecer en estos últimos años, aún en las áreas que anteriormente no lo habían tenido en cuenta. Conceptos como literatura oral, tradición oral, lenguaje oral, discurso oral, narración oral y narración oral escénica han pasado al uso frecuente de estudiosos del lenguaje y la cultura, incluso al conglomerado de personas simplemente interesadas. Pero aún no hay una conciencia sobre las diferencias o las irregularidades, que cada uno de esos términos o conceptos pueden confrontar, con los prejuicios evidentes o inconscientes que lleven incluidos. En tercer lugar: aunque este nuevo despertar de la oralidad no se ha dado por obra del espíritu santo, ni por generación espontánea, ni es una innovación pasajera, deberíamos tener en cuenta que, al hablar de oralidad y de literatura, estamos separando dos manifestaciones diferenciadas, dos sub-lenguajes, correspondientes a un arte específico: el arte de la palabra: el arte verbal, como nos propuso una alumna, transformando en algo los conceptos de Tadeusz Kowzan.
            Hemos pretendido hasta ahora, a través de todos los textos anteriores, aproximarnos a las realidades que centellean en la vida misma – coincidan o no con lo culturalmente establecido- “en esta vida que posee tantas cosas huérfanas de palabras que las nombren y, en un acto de libertad, nombrarlas”, como nos dice Laura Devetach desde su arriesgado y comprometido “Oficio de palabrera”.
            Para ello, hemos creído de primera necesidad, revitalizar, dignificar a la oralidad; sentida, pese a los esfuerzos de muchos, aún sin valor, pobre, trasgredida. Como, por supuesto, a su manifestación artística- llámese narración oral, en genérico, o narración oral escénica, en lo específico- que recién viene teniendo espacio y comprensión en los lugares de investigación, en los textos, en los medios artísticos, en las instituciones y en los ámbitos de la vida cotidiana. Revitalizarla, no rescatarla, porque está ahí: como palabra viva, como arte. Aunque no se escriba nunca, aunque parezca que no existe, porque simplemente se dice. Pero está: vivita y coleando.
            También hemos querido revitalizar esos momentos afectivos que se tejen alrededor de las manifestaciones artísticas de la palabra, en sus dos vertientes – complementarias y no excluyentes- la oral y la escrita. “Esos momentos en que las palabras son sólo pretexto para expresar algo más de lo que ellas implican por sí mismas”, como alguien nos dijo, y lo sentimos como nuestro.
            Por último, hemos apuntado, y seguiremos haciéndolo, a que se tenga en cuenta que lo fundamental es no separar oralidad, literatura y vida. Lo que es coherente en lo cotidiano tiene que serlo ante la palabra que se diga, se lea o se escuche. El arte de la palabra – como toda manifestación artística- “es como la vida, nunca es simplemente lo que parece” (Devetach). Y, dentro de ella bulle un universo que, a similitud del cangrejito bailador del cuento puedo hacerlo brotar, como él lo hizo con la piedra oculta en el fondo del mar que quería asomarse al mundo que estaba fuera y, a punta del esfuerzo de años, incluido el de varios cangrejitos bailadores, logró convertirla en el maravilloso Borinquen caribeño.
            Por ello, en estos primeros pasos, hemos compartido tanto sobre el oficio de la narración oral, como manifestación artística, como comunicación, como arte escénico. Lo hemos mostrado con ejemplos, “recetas”, apuntes, “sueltos”, recuerdos, vivencias; lo hemos teorizado...para señalarlo, más que como oficio, como una conducta ante la vida. Dejando las puertas y las ventanas abiertas para los pasos que vienen: una reflexiva comunicación conmigo mismo, con los otros y con nuestros mundos, los espaciales, los afectivos, los culturales. Una maduración de procesos. Y, una seguridad: la de que si nací ser humano, sería lamentable que me dejara engañar por un sistema que, con sus engranajes, intenta mostrarme sólo como médico, ingeniero, banquero, oficinista, escritor, narrador oral...nada más que con un título, con un rótulo, y no como el ser humano que soy. Sistema del cual puedo salirme: basta que como artista de la palabra incorpore no sólo los temas que los tiempos actuales requieren, sino, principalmente, que sea un explorador constante de mí mismo y de mis vías de comunicación con quienes coparticipan de “mis” cuentos narrados a viva voz o me leen; que me arriesgue y comprometa por y con mi oficio. Porque en oralidad y en literatura, como en cualquier actividad humana, las innovaciones surgen cuando el escritor, el narrador o el profesional que sea, con la autenticidad de sus palabras y sus procedimientos, con su ser y con su hacer, inaugura otras formas de recrear la realidad.
                  Vale.

Texto final del libro Reflexiones, apuntes y recuerdos tomados de Los cuadernos de Julio Márez de Armando Quintero (1987-1992-1998)
                                                                       

lunes, 6 de junio de 2011

A brincos nerviosos por el Reino de Rania

Una princesa rana nos cuenta los cuentos de su hacer y sus quehaceres

Imagen tomada del blog de La rana encantada

Conocer a Linsabel Noguera es como abrir puertas y ventanas a las frescuras renovantes y renovadoras del asombro y de las dudas.

Conocer a Linsabel Noguera es como encontrar a un ser que no es tan joven, pese a la edad que representa, ni tan adulto, como para olvidarse de ser niño.
Conocer a Linsabel Noguera es como tener la seguridad que tienes que brincar o esperarla, pacientemente, ante los avatares de su hacer y sus quehaceres. Más. Es como que vas a enfrentarte a una rana que se ha vuelto princesa o a una princesa que nunca dejará de ser rana por tantos brincos que da. Pero eso sí, aunque te asombre por todo lo que dice y hace, nunca tendrás dudas: uno sabe que se encontrará con un ser encantador que te encantará a cada instante.
Pese a esas seguridades, el entrevistador estaba nervioso. Muy nervioso.
Era su primera entrevista a una personalidad real, resuelta de anoche para hoy por razones de tiempo de la entrevistada y en un lugar que conocía por fuera, la Plaza Los Palos Grandes. Tuvo que preguntar para llegar hasta la Ludoteca donde, pese a lo bien atendido, se sintió como fuera de juego. Y, para acelerar sus nervios,  por un mensaje en su celular, que a veces no resultan tan mágicos, supo que la entrevistada había decidido venir a brincos de metro.  Y, éste, maravilla nada desconocida, estaba con retardos. Pero, al fin, por fin comenzó lo acordado.

-          ¿Tus ganas de contar cuentos de dónde vienen?
-          Yo creo que cuando uno es cuentacuentos nace con eso, pero no se da cuenta hasta que está más grande. Recuerdo que en mis juegos de pequeñas eran las muñecas las que tenían que contar algo. No era simplemente jugar a la mamá y darle tetero a las muñecas. Ahí tenía que haber una historia. Con mis amigas, escribía los “guiones” que íbamos a usar para el juego, entonces cuando ya estaban listos ellas bajaban a mi apartamento. “¿Ya está listo?”, me llamaban por teléfono, “Sí, véngase”. Era muy cómico. Y en los días de la madre, los días del padre, siempre hacíamos algo. En mi casa mi mamá había hecho una media pared y ése era nuestro teatrino. Y ahí hacíamos desde “El Chirigüare”, hasta obras originales que se han perdido en el tiempo. Para títeres de cuchara, todas las cucharas de madera de la casa. Me imagino que esas ganas de narrar vienen de ahí. Luego, cuando comienzo en la Universidad Central de Venezuela, en una de esas horas libres descubro a “Cuentos bajo la sombra” en la Tierra de Nadie. Me pareció que era una belleza esa actividad, congregar a tantos jóvenes y adultos, porque también había profesores allí, escuchándose, reencontrándose con eso de contarte literatura o contarte cuentos de la tradición oral. Fue una cosa tan bonita que dije, “me gustaría hacer eso” y comencé a frecuentar los sótanos del Aula Magna, los días que ellos ensayaban.
Y las emocionadas palabras de Lin – nombre principesco por el que se la
reconoce entre sus familiares, amigos, alumnos y los partícipes de su Reino de Rania - recuerdan como se hizo aprendiz de esos muchachos. Y, como hizo un taller con Las Cuentacuentos de Los Caobos y se fue a escuchar a los distintos grupos que en esa época estaban en Caracas. Y se integró a “El Chichón”. E hizo un grupo que se llamaba “Los cuentos del baúl”, que contaba por todos lados, en las escuelitas, en el Patio de San Bernardino y en la misma Tierra de Nadie.
-          ¿Cómo sientes este proceso de la Narración en este momento? ¿Qué está sucediendo aquí y ahora?
-          Desde hace unos tres años la Narración Oral en Caracas está otra vez como retomando fuerza y creo que tiene que ver un poco con las ganas de reencontrarse, con las ganas de contar con otra gente, de que otra gente cuente con nosotros y que al estar todos juntos nos damos cuenta que si hacemos sinergia y unimos fuerza, pues vamos a ser un movimiento cultural más fuerte. Y, en un momento en el que la ciudad lo necesita. Porque la ciudad necesita el rescate de sus espacios públicos y la Narración Oral es el vehículo ideal para este rescate, los espacios públicos en ambiente de unión familiar.
-          ¿Has sentido que el público está aceptando eso?
-          Muchísimo, tú lo ves en las contadas de Parque Caballito. Lo ves ahorita en las contadas que están programadas en el Festival de Lectura de la Plaza Altamira. Lo vemos todos los miércoles y viernes aquí en la Plaza Los Palos Grandes, que igual que en Caballito, los niños ya están esperando cuando uno viene a contar cuentos.
     Y entrevistada y entrevistador notaron que era muy cierto. Comenzaban a rodearlos los niños y los padres que asistirían hoy a la presentación de La Rana Encantada en el espacio donde estaban ya, por lo próximo de la hora.
-          Hay muchas más personas interesadas, “Yo quiero ser cuentacuentos, ¿dónde me puedo formar?”, te dicen. Incluso el Banco del Libro, que había dejado de hacerlo, reabrió sus talleres de Narración Oral. Y está ese espacio de fogueo de los cuentacuentos que es “La hora del Cuento”, todos los sábados durante más de siete años ha estado allí, haciendo que los niños y sus papás se acostumbren a escuchar. Y, a eso le sumamos los años que tiene “Cuentos de La Vaca Azul” y “Narracuentos Ucab” y las “Jornadas de La Palabra que se dice”. Hay interés no sólo de las familias con sus niños, hay interés de los adultos y de los jóvenes que están en la Universidad. Este año la afluencia del público en las Jornadas fue muy bella. Creo que la gente se quiere reencontrar, se quiere reencontrar en lo sencillo, en lo humano. Y la Narración Oral tiene eso.
-          ¿Has tenido noticias a través de la Red de lo que está sucediendo en otras partes del mundo con la Narración?
-          La Red Internacional de Cuentacuentos ha funcionado bastante bien, pero tienes que estar muy pendiente porque te interesa información, de entrar periódicamente a revisarlo, de estar conectado en las redes sociales donde ellos participan para poder leerlos. Pero sí, creo que ha sido un buen órgano de difusión de la actividad con los diferentes países que la integran de lo que se está haciendo en Narración Oral. Sobre todo, muy interesante ha sido el concurso de cuentos cortos en audiovisual porque te permite ver cómo se cuenta en otros lugares, dónde se cuenta, quién cuenta y además cómo es el estilo del que cuenta. Ha sido muy rico, viendo uno aprende.
-          Además de lo hecho por la Red, a nivel del estudio hacia la Narración Oral, ¿cómo ves la preocupación académica por la Narración Oral ¿Cómo la estás sintiendo en este momento?
-          Creo que el estudio de la Narración Oral en este momento está, por lo menos en Latinoamérica o en lo que nos compete que es Venezuela, bastante bajo. Hay muy poco interés, salvo los que contamos, de hacer un experimento en campo viendo cómo funciona la Narración para ciertas cosas o realmente hacer estudios que luego se conviertan en procesos teóricos que apoyen a las nuevas generaciones que se están formando. Sin embargo, recientemente descubrí un encuentro de promoción de lectura en España que todo el tema está en torno a la Oralidad y me pareció muy interesante porque siento que sí hay un despuntar. Emilia Perrero tiene un trabajo muy interesante en torno a la Oralidad y la importancia de la Oralidad para la lectura y para la formación del ser. Igual que Michelle Petit tiene un estudio muy interesante sobre el compartir oralmente, así sean textos que leíste y que estás haciendo tu propia versión, que no necesariamente son cuentacuentos, pero ese compartir oralmente tus lecturas en situaciones de riesgo, situaciones de crisis y ese estudio es muy interesante como aporte teórico a la Narración Oral y este encuentro de promoción de lectura y de formación de lectores me sorprendió muy agradablemente que está centrado en torno a la Oralidad, la Narración Oral, la Oratoria, la Palabra que se dice y se comparte de boca en boca y oído en oído, entonces creo que si bien es cierto que estamos muy poco estudiándonos, leyéndonos siempre estamos. Y de hecho en los blogs hay información interesante sobre la Narración Oral, está el tuyo, “Cuentos de La Vaca Azul”, está el de Francisco Garzón Céspedes, están los blogs adscritos a la Red Internacional de Cuentacuentos y algunos adscritos a los espacios de bibliotecas de Chile, Argentina y España, que son los tres países que en este momento hay más repunte, incluso más que en Colombia, donde hay una tradición de Oralidad bastante fuerte y creo que si nos empatamos en esta onda pues podemos agarrar el papagayo y volar otra vez con la investigación sobre la Narración Oral y el rescate del estudio y de la producción de elementos teóricos.
-          ¿Cómo ves el vínculo entre el juego y el cuento
-          Es importantísimo. Siempre le digo a la gente que se me acerca y me  pregunta qué tengo que hacer para ser cuentacuentos: jugar. El cuento es jugar, jugar y abrir el corazón para comunicarte con el que te está escuchando a través del juego que es afecto. En la Plaza nosotros contamos cuentos y combinamos las actividades de contar cuentos los miércoles con una reflexión compartida con los niños y los papás acerca de la cultura ciudadana y cultura de paz, entonces tenemos el programa de “Postales para la paz”, donde combinamos expresión literaria, reflexión ciudadana con expresión plástica. Los niños dibujan una postal, escriben qué es para ellos la paz, qué es para ellos la amistad, todos estos valores que son tan abstractos los traemos a su experiencia y ellos lo ven mucho más claro y los papás se quedan asombrados de las cosas que a uno le dicen. Luego los viernes jugamos con juegos tradicionales, que tampoco se puede escapar de cuando fui scout y jugaba tanto con los juegos tradicionales, y esta Plaza es un espacio para correr, jugar, saltar, entonces los viernes jugamos juegos tradicionales: La Ere, Pollito Inglés, Una Candelita, Ponteporonte, Palito Mantequillero, Ale Limón, La Ronda de Doña Ana y después cerramos contando cuentos. Entonces los niños han descubierto junto a sus papás estos juegos, y un papá le dijo en estos días al niño “ay, yo jugaba eso cuando era chiquito”, y el niño le dice “ay, papá, entonces ese juego debe ser bien chimbo”, y el papá: “no es que yo jugaba diferente”. Entonces después cuando se puso a jugar y estaba divirtiéndose, el papá le dice “viste qué divertido es, igualito al que yo jugaba cuando era chiquito”, entonces el niño, “papá me engañaste, pero no importa”, y siguieron jugando. Entonces es muy bonito porque hay ese guiño a la infancia de ese papá que viene y este niño que está en su plena infancia y se encuentran en una actividad donde los dos rescatan su infancia.
Y entrevistada y entrevistador supieron que la entrevista culminaba aquí. Los niños y los padres mostraban y demostraban que ya era la hora señalada.  Los nervios del entrevistador se aceleraron de nuevo. Según lo acordado la noche anterior, compartía ese espacio del Reino de Rania con un cuento. Por ello, y ante todo lo sucedido, narró “Miedo” de Graciela Cabal: la historia de un niño que vence todos sus temores al apoyarse en la amistad de un perro.


Entrevista de Armando Quintero realizada el viernes 27 de mayo en la Plaza de los Palos Grandes, 
uno de los numerosos espacios del imperial Reino de Rania.



¿Quién es Linsabel Noguera?

Comunicadora Social por la UCV, actriz, narradora oral, promotora de lectura, productora radial, locutora y mamá. Lleva el blog Pomarrosas y cerezos y el programa de radio Librería Sónica, con Jason Maldonado, en RCR 750 AM. Realiza su tesis para el Máster a distancia en libros y literatura para niños y jóvenes de la Universidad Autónoma de Barcelona (España) y dicta la cátedra de Pedagogía de la expresión dramática en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Facilita talleres de expresión artística para niños y jóvenes en las áreas de música, teatro, plástica, informática y escritura creativa; como también de talleres de formación en Promoción de lectura y de Narración oral, para adultos con La rana encantada. Además de docente invitado por el Lidice Memorial de Praga para dictar talleres de arte para niños y de formar parte del Comité de evaluación de libros para niños y jóvenes del Banco del Libro, donde ha sido jurado de su premio anual Los mejores libros para niños y jóvenes. También, formó parte del taller de la poeta venezolana Mharía Vázquez Benarroch y fue ganadora del VII Concurso para autores inéditos de Monte Ávila 2009, en la mención Poesía. Y, en el 2010 recibió el VI Premio Nacional del Libro 2008 – 2009, otorgado por el CENAL, como Promotora de lectura infantil y juvenil. 

viernes, 3 de junio de 2011

TODAVÍA: CARTA A MARÍA CRISTINA

Foto de María Cristina, tomada de la web. Ver enlace: 

Carta escrita por Victor Heredia a su hermana, docente y desaparecida durante la dictadura militar, leída por Alfredo Alcón durante el Homenaje de la CTERA a los docentes asesinados y desaparecidos en la última dictadura.

Ah, sí. Ni la memoria ni la foto mienten: los zapatitos y el delantal blanco, tanto como las azaleas del cerco de casa. Y el lazo celeste, que sostiene la trenza y estira tu pelo negro desde la frente. Yo voy de inmaculado blanco también, pero el charol de mis zapatos es negro y recomendado, tres veces, para que no se me ocurra rayarlos durante la fiesta escolar. Todo el verde de esa mañana se abalanza sobre nosotros, que vamos de la mano calle abajo entre la polvareda que levantan los caballos de los repartidores, mientras mamá nos persigue con la mirada. Había luna también, una enorme luna diurna que insistió en quedarse junto a su ardiente compañero —vaya uno a saber la razón que esgrimiría el cosmos—, pero allí estaban ese día de banderines y escarapelas: un rayo de luna entre las hebras de tu trenza y un enorme sol destilando tu sonrisa. La memoria no miente, María Cristina. 
Ese día dijiste que ibas a ser maestra, igual que aquella Lilué con alma de madrecita que nos enseñaba la Patria con mayúscula, tan cívica y azul como sus pájaros de tiza. O como el viejo Carlés, que nos alborotaba el pelo y juraba que San Martín se había llevado con él un pedazo de la dignidad argentina a Boulogne Sur Mer, para preservarla de los buitres. Tenías que ser maestra, lo confirmé temprano, con el café con leche de cada humilde mañanita nuestra, cuando te sentabas junto a mi para descifrar mis tablas de parir multiplicandos y me ponías un diez de felicidad si acertaba el acertijo, yo que siempre fui tan etéreo y olvidado de los números. Esa memoria huele a mandarinas, perfuma bajo el ardiente beso del ocaso, aquél rojo furioso que alertaba la tarde y se encaramaba con nosotros a la encina del jardín, abreviatura del cuadrado de la hipotenusa, rectángulo exacto de la infancia. Cómo te amaba. Y como te amo, mi pequeña docente. Te añoro así, tan zapatito blanco, tan trenza y guardapolvo inmaculado, sin ese rojo absurdo con que te mancharon, que no tiene nada que ver con el horizonte donde te imagino saludar cada día agitando banderas. Todavía te espero. Como deben esperar tantos a otros, con cintas azules en el pelo y banderines, piecitos inmaculados camino al cielo de los que jamás se irán de la memoria. 
Me pregunto si no hubieras sido maestra en tu voluntariosa adultez, la de la militancia, la de la esperanza y las utopías, ¿qué cosa habrías sido? Y me respondo que de todos los oficios que existen en el mundo ese te iba perfecto. Lo aseguro yo, que fui tu compañero en el despertar de la conciencia. Lo afirmo yo, que tengo marcado un camino merced a las estrellas que fuiste sembrando, gota a gota, con tu sangre luminosa. Te escribo esta carta y es como si me estuviera enviando una postal al alma, porque allí está tu casa desde aquél 22 de Junio de 1976 cuando la dictadura supuso que podría vencerte. Una casa donde día a día me das lecciones sobre como sobrevivir a esta intemperie, sobre como tratar a la vida con dulzura a pesar del pretendido olvido que muchos quisieron imponer sobre tu generación de soñadores. Hermanita docente, impecable maestra de ese niño que todavía te consulta cuando el mundo desfallece y todo parece venirse abajo junto a los muros de Bagdad, junto a Aladino que ha perdido su lámpara y amontona llanto. En esta casa-alma estás, de guardapolvo blanco, con azul de bandera de escuelita de campo. 
Dicen que tengo la culpa del sobreviviente, quizá tengan razón, un poco. Pero también tengo la convicción de que estás viva en cada colegial que florece en los rincones de esta patria nuestra, en cada alfabetizado. Te aseguro que ahora empiezo a ver tu sueño, creo que todos empezamos a verlo, después de tantas carpas blancas y políticos corruptos y abúlicos comienza a levantar vuelo entre nosotros. Yo digo que es tu sueño, prefiero atribuirte, como buen hermano, esa parte de savia que te corresponde cuando percibo ese florecer. ¿Falta mucho? No te quito razón. Falta mucho todavía. Pero mientras no permitamos que tu latido y el de tantos maestros de la vida se apague, tendremos esperanza, guardapolvos blancos, un mar de niños con cintas blancas y azules. Ese mar, esa nostalgia del futuro por la que ustedes se inmolaron, pronto será una sonrisa. Sobrevivimos para eso. No tengo dudas, hermanita.

Tu más enamorado alumno.


Tomada del facebook de Eli Bello

Les invitamos a disfrutar del Video de  una canción de Víctor Heredia: RAZÓN DE VIVIR


jueves, 2 de junio de 2011

¿Qué pasa con los Cuentacuentos y la educación?

Armando Quintero cuenta "Miedo" de Graciela Cabal.
En la primera edición del Vente tú, jam de cuentacuentos 
organizada por la Alcaldía de Chacao y La rana encantada.

   Hoy se vuelve, por diversas causas y con diferentes logros, al valor de las palabras que se dicen por los caminos más directos: el de los contadores de cuentos que se han multiplicado en diversas partes del mundo. Y en los diversos medios de comunicación y en la web.
   Se vuelve a través, dicho sea de paso y sin faltar, de los planteamientos teórico-prácticos de los partícipes del Movimiento Iberoamericano de Narración Oral que se iniciara a principio de los ochenta y de muchos de sus continuadores, presentes en festivales y muestras internacionales de artes escénicas.
   ¿Se vuelve a creer en la palabra viva, se revalora la narración oral como un acto de imaginación, de audacia, de lealtad, de justicia, de pureza, de libertad, de dignificación, de solidaridad, de amistad y de amor? Es posible.
   ¿Volvemos a sentir que el soplo de la voz es creador? ¿Que nuestros gestos y movimientos le acompañan? ¿Que nuestro ser y nuestro hacer son uno? ¿Que nuestras acciones de luz, de sueños, de verdades nos permiten ser hermanos: ser prójimo? No lo descartemos.
   Las palabras que se dicen, los sonidos que se vocalizan, con el gesto y los movimientos que normalmente pueden acompañarles, van desde el interior de quienes las escenifican al interior de quienes las escuchan. Unen, sin otra mediación, existencias.
   Deberíamos, tanto los narradores como su público,  preservar al dinamismo de este hoy: él nos permite reconocernos en los demás. Y luchar por la vida.
   Por ello, con cuánta seguridad en nosotros mismos debemos presentarnos para mostrar que decimos lo que pensamos y hacemos lo que decimos.
   No podemos olvidar que el idioma encarna la cosmovisión del pueblo que le dio origen, y la de los hombres y mujeres que lo sostienen como lengua viva.
   Cada frase y cada palabra, que normalmente es dicha con todo el cuerpo, no sólo verbalizada, sintetiza cierta idea habitual de esos hombres y mujeres mientras se comunican entre sí arando sus campos, atendiendo sus hogares o construyendo sus ciudades. Por esa razón no hay verdaderos sinónimos entre palabras y frases de diferentes idiomas. Más aún, tampoco las hay dentro de un mismo idioma, en los ámbitos espaciales y temporales en los cuales esos hombres y mujeres conviven. Aún desde nuestros celulares y twitters.
   Cuando reflexionamos sobre esto sentimos que, siendo el arte de la palabra que se dice una manifestación de unidad con la palabra viva, con toda su carga conceptual, sensorial y sentimental, esto compromete a todos los cuentacuentos, narradores orales o cuenteros a formarse, no sólo a informarse.
   Por ello, y para ello, como narradores orales habría que ponerse a contra corriente, principalmente, con nuestro tradicional sistema educativo que nos produce un tránsito de lo vivo a lo inerte, en total oposición a los verdaderos fines de nuestro oficio. Aprendamos a no limitarnos sólo a recibir conocimientos. Utilicémoslos, verifiquémoslos o transformémoslos en nuevas combinaciones.
   Todo lo anterior está dirigido a un solo efecto: “impedir las ideas muertas”, como nos pidió, hace un montón de años,  Alfredo North Whitehead en su libro Los fines de la educación. No podemos negar que, en el curso de los tiempos, los ideales educativos han decaído.
   En la antigüedad, los filósofos formaban en sus escuelas aspirando a impartir sabiduría; nuestros modernos centros de enseñanza – llámense colegios, institutos o universidades- tienen, en el mejor de los casos, un propósito más modesto: enseñar materias. En el peor de ellos: acumular información que será, la mayoría de las veces, memorizada circunstancialmente para descargarse en el momento en que nos pueda permitir aprobar una materia. Se nos atiborra de conocimientos que no sabemos ni podemos utilizar, verificar o confirmar. Se nos imparten ideas muertas, sin poder de transformación. 
   Revitalicémoslo, volvamos a él, también. Aprendamos a alimentarnos de nuestros conocimientos. Mejor: aprendamos a “digerir conocimientos”  (1), como solía decir Domingo Bordoli en sus clases, y en alguna parte de su obra escrita. Expresión que, dicho sea de paso, nos parece de una prodigiosa exactitud. Significa asimilarlo hasta convertirlo en nuestra propia sustancia, de tal modo que no se guarde, ni siquiera el recuerdo de su forma original. Cuando esto ocurre tenemos un hombre formado – en nuestra situación particular, en un narrador oral formado- en caso contrario, tenemos un hombre – o un narrador oral- meramente informado, del cual dice Whitehead: “Un hombre simplemente bien informado es lo más fastidioso e inútil que hay sobre la tierra”. Es un hecho conocido por todos, y que no puedo negar – y concluyó con una sonrisa- que, con el curso de los años he aprendido a aceptar las ideas de los ancianos. Sobre todo si tienen la cabeza blanca. Que, además, ahora también la tengo yo.


Nota 

(1)  El término utilizado por Bordoli aparece como “manducación de la palabra” en el libro “Aunthropologie du geste” de Marcel Jousse, Gallimard, París, Francia 1974. Creo se trata de una feliz coincidencia que Jousse maneje un concepto similar al que Bordoli sostenía desde el año 1965.

 Texto de Armando Quintero Laplume presentado en la cátedra de Periodismo Cultural III del Diplomado de Periodismo UCAB - El Nacional, Profesora Moraima Guanipa.