Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

jueves, 1 de abril de 2010

Decálogo para narradores orales que se inician



1.- Cuando estemos frente a un narrador oral digno en su ser y en su hacer, intentemos imitarlo en su dignidad. Cuando estemos frente a un mal narrador oral, observémoslo con mucha atención para corregir nuestros propios errores.

2.- Ante un buen cuento a narrar, la pobreza de lenguajes es algo que nos avergonzará. Ante un mal cuento, la riqueza de recursos provocará lo mismo.

3.- Los cambios en el ser y hacer de cualquier narrador oral que se inicia pueden ser muy lentos, casi imperceptibles; lo importante es que sean.

4.- El narrador oral se pasará la vida simplificando lo que muchos hombres, a conciencia o no, tratan casi siempre de complicar: las relaciones humanas.

5.- Estudia siempre el pasado del viejo oficio de narrar cuentos y de todos los oficiantes del mismo si quieres saber cómo será tu futuro.

6.- El narrador oral digno sabe lo que es verdad en lo que comparte con su público; el mal narrador sabe qué es lo que vende mejor.

7.- Un cuento no mejora tu condición, ni la de tu mundo, pero puede abrir puertas y ventanas para lograrlo cuando lo compartes y, sobre todo, descubrir que crecerás en esa búsqueda aliándote con quienes desean crecer contigo.

8.- Cinco son las condiciones para que tú y tu mundo logren ser mejores: constancia, honestidad, generosidad, sinceridad y delicadeza, en tu ser y hacer.

9.- Al escuchar comentarios perversos, aunque sólo sea por mera curiosidad, no tardarás en convertirte en un hombre perverso.

10.- La narración oral, como la virtud, no nació para vivir a solas. Todo el que la practica, terminará rodeado de buenos vecinos. ¡Sólo ejércela de corazón!, luego, nos cuentas.

Texto de Armando Quintero Publicado en su libro ¿Quieres contar cuentos? http://www.analitica.com/media/3183637.pdf

4 comentarios:

Alibruji dijo...

¡Magnífico decálogo!

Los Cuentos de la Vaca Azul dijo...

Querida Ali, gracias.
Los contenidos del blog, como las piedritas en las aguas del río, las hojas en el viento o los barquitoas de papel en las cunetas de la lluvia son para que sigan su carrera. Sin olvido de donde proceden, un corazón que quiere llegar a otros corazones. Abrazos

Los Cuentos de la Vaca Azul dijo...

Corrijo: "los barquitos de papel en los canales creados por las lluvias" (esperemos que no se nos asome su amigo Franco, Pancho, Francisquito o como se llame el personaje y vea lo que escribí antes. ¡Qué pecado mortal! Para la hoguera de las Santas Palabras)

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Preciso y precioso el decálogo propuesto. Obeservaré e intentaré aprender. Por ahora la lectura me queda holgada, el narrar exceso para mí.
Un gran abrazo, querido cuentero.