Clarissa, la vaca azul

Clarissa, la vaca azul
paseando por el campo

miércoles, 22 de julio de 2009

Un texto para la formación de nuevos narradores orales. Y para las personas interesadas en el tema.

Las palabras poséen aún el aroma y sabor del café que compartimos.
Desde ahí, entre otros espacios posibles, parten los cuentos que se dicen y los que se escuchan.
imagen tomada del blog charlas de café
Desde la gente que escucha y cuenta cuentos
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Los cuentos nacen de las palabras vivas, sonoras, vibrantes y significativas. Poseedoras - aún - del aroma y del sabor del café o del chocolate que se expanden con ellas en espirales maravillosas, desde las tazas y las bocas, a los corazones enternecidos de los hombres y mujeres que las comparten.

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Los cuentos nacen de las palabras que brotan en las hogueras, los patios, las reuniones, es decir, en todos aquellos espacios que comparten los que hablan y los que escuchan.

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Los cuentos crecen, como los girasoles – siempre vivos y luminosos- de Van Gogh, para adornar los centros de las mesas en la sencillez de las casas, los apartamentos o los lugares donde el hombre vive, donde el hombre es.

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Los cuento se donan desde adentro, como los frutos maduros y frescos de los bodegones de Cézanne: servidos para todos, en la mesa de todos.

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Los cuentos son el corazón, son los pulmones, las entrañas todas de los que cuentan y de los que los escuchan. Y se dicen - “con toda la voz y con todo el cuerpo”- para verlos, más que para oírlos.


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La gente que escucha los cuentos y la que los cuenta ha aprendido que se hacen más hermosos con cada cuento. Por ello, los cuidan mucho: desde el mismo momento en que los eligen, hasta más allá de los momentos en que los donan.

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La gente que escucha los cuentos y la que los cuenta se divierte, por igual, en reinventar los cuentos para que los reinventemos. Como ha sido por los tiempos de los tiempos y, entre todos, seguirá siéndolo.

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La gente que escucha los cuentos, y la que los cuenta, se despiertan con la llama viva que funde el esqueleto de cada historia, vibrando con sus sonidos en el viento y, asumen que “se improvisa sobre lo que se conoce, no sobre lo que se olvida o desconoce”, como nos ha aseverado Enrique Buenaventura.

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La gente que los escucha y la que los cuenta conversan a través de la poesía de los cuentos, sabiendo que ninguno de ellos es inocente pero que están llenos de las posibilidades del amor, del humor, de la ternura.

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La gente que escucha y la que cuenta cuentos forjan una conversación común - a su imagen y semejanza - con su tiempo, su espacio, su intimidad compartida... A cada cual según se cuenta.
De cada cual según se sienta.
Con cada cual según se sueña.

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La gente que escucha los cuentos, y la que los cuenta, comparten sus miradas, sus movimientos, sus más pequeños gestos: compartiendo vidas para vivir más vidas.

-12-

A través de todos los lenguajes, la gente que escucha y la que cuenta cuentos, lee el relato que se hace, las historias que se reinventan, el cuento que revitalizan...
Texto de Armando Quintero. Tomado de su libro ¿Quieres contar cuentos?
Para leer el texto completo, haga clic en
Incluye un comentario de la Dra. Mery Sananes, U. C. V., Venezuela.

1 comentario:

Los Cuentos de la Vaca Azul dijo...

Armando

Una sola sugerencia para tu consideración
tus materiales son demasiado importantes para que los lances
así uno tras otro
publica uno, déjalo al menos dos días para que la gente los lea y quiera regresar a buscar más
avisa, anuncia pero da tiempo para que la gente los lea, los comparta, reflexione sobre ellos y los asimile de verdad
tu blog no es para un día o dos
es para mucho tiempo y llega un momento en que por el contrario uno anda buscando qué poner
está muy hermoso, me gustan mucho las imágenes
y por supuesto el contenido
pero dale espacio y tiempo
para que nadie les pase por encima

¿viste que te publiqué en embusterías?

Mery Sananes